La ÑBA dice adiós a cuatro años de éxitos

  • La selección española, tras caer con Serbia en los cuartos de final delMundobasket, se baja del podio por primera vez en los últimos cuatroaños y se marchará de Turquía sin medalla.
España "destrozada" anímicamente tras ser eliminada del Mundial
España "destrozada" anímicamente tras ser eliminada del Mundial
N. Díaz

Un pequeño traspié en una carrera llena de éxitos. Así se podría definir la derrota de España ante Serbia en los cuartos de final del Mundobasket de Turquía. La ÑBA nos tenía malacostumbrados. Quizá demasiado. Y la afición española no podrá ver a los suyos ni en lo más alto del podio ni en los escalones inferiores. Y eso, es nuevo.

En los últimos cuatro años, los de Pepu, en su día, los de Aíto, en el medio, y los de Scariolo, ahora, siempre habían saboreado un metal. No siempre el mismo, pero sí se volvían con una medalla colgada del cuello. Todo comenzó allá por 2006, precisamente en un Mundial, el de Japón, donde la selección se alzó con el oro, en una competición que fue para enmarcar. Los griegos, el rival en la final, casi perdieron en los primeros minutos.

Ahí, ese día, ese 3 de septiembre, y los días previos, se forjó el enorme grupo de amigos que acabarían compitiendo los siguientes años. La camaradería existente se tradujo en un acoplamiento perfecto sobre el parqué de cualquier pabellón. Una medalla:un oro.

Estar en el lugar más alto del podio tiene, por defecto, la obligación de volver a repetir la hazaña. Pero en 2007, en el Eurobasket, y en casa, en Madrid, no pudo ser. En la final contra Rusia, Pau Gasol, ausente en Turquía, falló la canasta decisiva en el último segundo. Un pequeño palo para una selección acostumbrada a ganar. Otra medalla más: una plata.

Llegaron los Juegos Olímpicos de Pekín. Y las dos mejores selecciones del mundo, España y USA, se enfrentaron en una emocionantísima final que se acabaron adjudicando los americanos, más acertados en los momentos decisivos y con cierta permisividad arbitral en cuanto a los pasos. Otro metal más: otra plata.

El Eurobasket de 2009, celebrado en Polonia, tenía como objetivo dos cosas: una, volver a los más alto del cajón; otra, sacarse la espina de la final de 2007 en Madrid. Lo consiguieron con Scariolo en el banquillo. Y eso que los comienzos, la fase de grupos, no fueron los del mejor equipo de la competición. Pero cuando había que ganar, ganaron. En la final, contra los serbios, verdugos ahora, demostraron ser campeona de Europa. Otra medalla: un oro.

Y llegó Turquía. Y la decepción. Y con una curiosidad, que no lo es tanto. El mejor jugador español, Pau Gasol, siempre estuvo presente en las competiciones donde España se llevó medalla. Esta vez, no. Podría ser que Gasol fuese talismán, pero quizá no sea eso sino que Pau es un jugador sobrenatural con el cual posiblemente la selección no hubiese perdido ante Serbia.

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