La paciencia le duró media hora al Bernabéu

  • Durante el estreno liguero del Real Madrid en su propio estadio, aparecieron los primeros pitos de la temporada. El socio madridista no dará tregua esta temporada a los suyos, y los exigirá desde el primer día tras dos años sin títulos.
Mourinho, en el Real Madrid - Osasuna
Mourinho, en el Real Madrid - Osasuna
Aitor Amorós

El Santiago Bernabéu está necesitado. En las últimas dos temporadas no ha celebrado nada, y a la vez ha tenido que ver cómo el Barcelona ganaba todo, se proclamaba con merecimiento como el mejor equipo del mundo, e incluso se imponía en los derbis con una goleada histórica (el 2-6). Chamartín quiere triunfos y títulos, no le vale con fichajes de relumbrón, y será exigente con este nuevo proyecto de Florentino Pérez, al que además pedirá que juegue bien al fútbol. El ejemplo de España y el Barça ha calado.

 

No tendrá mucha paciencia el socio blanco esta campaña. Nunca se ha caracterizado por ser un público que lleve en volandas a su equipo, salvo en los duelos ante rivales importantes, o en las grandes noches europeas. En el día a día, en la Liga, el público madridista espera a que sea su equipo el que le invite a animar, a cantar, a ovacionar, porque para algo "este estadio es el Santiago Bernabéu y por allí han pasado los mejores", repiten cada año en las gradas.

 

Ante Osasuna, en concreto, la paciencia le duró al templo madridista media hora, lo que tardaron en aparecer los primeros pitos por el pobre juego de los de Mourinho. Todavía sin pitos no muy intensos, de advertencia, pero el aviso es claro: "hay que espabilar". No valen victorias por la mínima, ni fiarlo todo a la pegada de los de arriba. El socio blanco quiere divertirse este año con los "muñecos galácticos" que les ha regalado Florentino, quiere buenas actuaciones y poder marcharse a casa con la sensación de que su equipo ha sido superior y ha ganado con merecimiento.  

 

Por el momento, las críticas son al conjunto, no tienen un foco claro como en anteriores ocasiones pudo ser Guti, o Diarrá, o incluso Ramos. Cristiano Ronaldo, pese a sus gestos, sigue siendo el niño bonito, aunque también se le empieza a exigir menos quejas y más goles. Özil se ha ganado pronto al Bernabéu, con merecimiento tras su gran partido ante Osasuna, y se marchó ovacionado cuando Mourinho le cambió, al igual que Benzemá, quién demostró que quiere ser protagonista esta temporada. Otros nuevos, como Khedira o Pedro León, también lograron una tregua y se llevaron sus primeros aplausos.

Mostrar comentarios