La selección alemana rinde homenaje a Enke, dos años después de su suicidio

Berlín, 10 nov.- La selección alemana rindió hoy homenaje al guardameta nacional y ex jugador del FC Barcelona Robert Enke, coincidiendo con el segundo aniversario de su suicidio, el 10 de noviembre de 2009, a los 32 años y víctima de una depresión.

El vicepresidente de la Federación Alemana de Fútbol, Karl Rothmund, colocó una corona de flores, en nombre de quienes fueron sus compañeros de selección, en la tumba del jugador del cementerio de Hannover (norte del país).

"Siempre llevaremos a Robert en el corazón. Nuestros pensamientos están con su mujer, Teresa, y el resto de la familia", indicó, en un comunicado, el manager de la selección y ex internacional, Oliver Bierhof.

Enke se quitó la vida el 10 de noviembre de 2009, siendo jugador del Hannover y tras un largo periodo de depresión.

Su muerte conmocionó a toda Alemania, al evidenciar las presiones que pueden llegar a sufrir los deportistas de elite.

En el caso del guardameta confluyeron una serie de tragedias personales y el pánico al fracaso futbolístico.

Enke se tiró a la vía del tren, en las cercanías de su casa, tras lo que su viuda reveló que había estado en tratamiento por depresión en 2003 -en sus tiempos en el Barcelona de Louis Van Gaal- y que luego sufrió recaídas, atribuidas tanto a cuestiones privadas como al miedo al fracaso.

En 2006 murió su hija de dos años, Lara, víctima de una dolencia cardíaca congénita. En el momento de quitarse la vida, temía perder a causa de una nueva recaída la custodia de su segunda hija, Leila, adoptada en mayo de ese año con dos meses.

A los dramas privados se sumaron decepciones futbolísticas, al no lograr cuajar en varios de los clubes por los que pasó entre 1999 y 2004 -Benfica, Barcelona, Fenerbahce de Estambul y Tenerife-.

Recuperó la confianza de regreso a la Bundesliga, en el Hannover, a lo que siguió su inclusión en la selección nacional de Joachim Löw, pero en lugar de remontar con ello su situación interior desató con ello un torbellino interior o pánico al fracaso.

Su muerte sacudió a toda Alemania y, inmediatamente después de saltar la noticia de su muerte, miles ciudadanos le rindieron un primer homenaje espontáneo, en una iglesia de Hannover, a lo que siguió una multitudinaria ceremonia, el domingo siguiente, en el estadio del que fue su último club.