En su regreso a Cleveland desde su pase a Miami para formar un "súper equipo" con Chris Bosh y Dwyane Wade, James tuvo la recepción hóstil que esperaba de los aficionados, que lo abuchearon desde que entró en la cancha hasta la bocina final.
"Vinimos acá con un objetivo y era ganar un partido de baloncesto", dijo James. "Lo hicimos. Este fue el partido más completo que hemos tenido en la temporada desde el comienzo hasta el final", agregó.
Durante siete temporadas y 619 partidos, James fue adorado por los seguidores de Cleveland, pero el jueves el Quicken Loans Arena se llenó de silbidos y abucheos cada vez que tocó el balón.
En las gradas hubo cientos de carteles burlándose de James, pero se destacaron ocho aficionados que llevaban camisetas blancas con una letra negra en medio con las que formaron la palabra "BETRAYED" ("traicionados").
Si el recibimiento hostil afectó a James no se notó durante el juego, particularmente en el primer cuarto cuando las expresiones eran más agresivas.
En ese periodo anotó 10 puntos y ayudó a Heat a sacar una ventaja de 31-23, que se estiró a 59-40 al llegar al entretiempo. Y el astro desplegó todo su poderío en el tercer cuarto y anotó otros 24, poniendo el partido fuera de alcance para los Cavaliers.
Wade contribuyó con 22 puntos para el tercer triunfo consecutivo de Miami y Bosh aportó otros 15.
En el restante partido de la noche, Phoenix Suns derrotó a Golden State Warriors 107-101 con 25 puntos de Jason Richardson y 24 de Grant Hill.
Monta Ellis fue el máximo anotador del partido, con 38 puntos para los Warriors, que han perdido cuatro juegos consecutivos como locales.
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