No hubo lleno, hubo cerca de 6.000 asientos que se quedaron sin dueño pero los huecos vacíos no se notaron porque decenas de miles de atléticos se dejaron las gargantas y desafiaron la noche helada de Madrid para animar a su equipo en el ascenso hacia la Champions League. Entre ellos estaba Paolo Futre, mítico exjugador del equipo, que vio el partido junto a los hinchas del equipo lejos del palco.
Simeone había pedido que el Vicente Calderón se convirtiera en un jugador más sobre el campo y la afición respondió al técnico argentino, con el que el club del Manzanares ha recuperado sus señas de identidad y, sobre todo, la ilusión. Desde el primer minuto se escucharon gritos de ánimo, palmas y sonido de bombos. Música balsámica para ayudar a los futbolistas a superar las ocasiones de Piatti y Soldado.
Los jugadores llevaron todos un pedazo del corazón atlético. Los dorsales rojiblancos estaban formados por fotografías de seguidores del equipo, en una iniciativa que cambió el azul oscuro de los números por un tono más claro, como el fondo de una piscina o el azul del cielo en el que se ha instalado el equipo en apenas mes y medio. Al final, el empate a cero dejó un poco insatisfechos a los aficionados locales, que esperaban haber logrado un triunfo ante el tercer clasificado para haberse metido en zona Champions.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios