El partido de Leo Messi empezó y acabó con el gol. No tardó en activarse el argentino en los primeros minutos, un constante ida y vuelta del área local a la visitante en la que el reciente Balón de Oro no obtuvo premio. La defensa del Málaga dejaba crear a Iniesta y Thiago, pero era una muralla cerca de su portería.
Para llegar a su triplete en La Rosaleda, el "diez" azulgrana pasó por una fase de generosidad con sus compañeros en el primer tiempo. Messi recibía en tres cuartos del campo malaguista, arrancaba imparable su clásico eslalon pero siempre veía un hueco para filtrar el balón a Adriano, su sorprendente compañero en la tripleta de ataque, o al chisposo Alexis, con quien cada vez interpreta mejor los espacios libres.
Las paradas de Valdés animaron al Barcelona, que comenzó mediado el primer tiempo su habitual acoso y derribo al área contraria y no paró hasta el final. La muralla local se resquebrajó por primera vez con un cabezazo del argentino ajustado al poste, inalcanzable para Willy Caballero. Era la segunda vez que el mejor jugador del mundo marcaba fuera de casa esta temporada, solo lo había conseguido en San Mamés.
La conexión entre Alexis y Messi funcionó en los dos primeros goles del argentino. Sin balón, el chileno arrastró defensas y creó huecos para que su compañero buscara portería. Una falta al larguero preludió el tanto final, galopando en solitario, sorteando rivales. Todos caían menos él, inquebrantable de camino al gol número 22 en esta liga, lo que le deja como virtual 'Pichichi' de la Liga.
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