Si pensábamos que habíamos visto todo en el mundo del fútbol, estamos equivocados. La pasada semana vimos algo insólito en el encuentro, de la décima jornada de liga, que disputaron el Petrolul Ploiesti y el Vointa Sibiu, de la Primera División de la liga rumana.
Con el tiempo cumplido y con 3-1 en el marcador, el colegiado del encuentro señaló un polémico penalti a favor de los locales. Tras esta decisión, todo el equipo del Vointa Sibiu se marchó al centro del campo mostrando su malestar por la actuación del colegiado.
Además cuando lanzó el delantero visitante, Komazek, el meta del Vointa, Damalache, se dió la vuelta. El árbitro mandó repetir el lanzamiento y amonestó al cancerbero rumano. En el segundo lanzamiento, el portero se mostró indiferente ante el disparo del serbio. Sin duda, una nueva manera de protestar ante las decisiones arbitrales.
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