Desde que empezaran los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el sentimiento más generalizado entre todos los españoles es el de decepción. Las escasas victorias no han podido suturar las profundas heridas producidas por las numerosas derrotas, algunas esperadas, otras no tanto. Mireia Belmonte y Maialen Chourraut son las únicas que, de momento, han sido capaces de sacar a España de una catástrofe que puede ser histórica y que puede poner punto y final al plan deportivo nacido en Barcelona en 1992.
Los primeros sentimientos de desánimo llegaron cuando se supo que ninguno de nuestros cinco campeones de Pekín podrían repetir éxito en Londres. Especialmente dolorosa fue la baja de Rafa Nadal, clara apuesta española en tenis. Al manacorí se le sumaron las bajas de Samuel Sánchez -ganador también hace cuatro años- y Óscar Freire en ciclismo y Ricky Rubio en baloncesto, entre muchos otros.
Además, las malas vibraciones que llegaban desde varios deportes no hacían presagiar nada bueno. En fútbol sobrevoló la idea de que Mata, Javi Martínez y Jordi Alba no deberían haber ido y que podrían estar cansados. La postrera participación de Ángel Mullera, manchado por la sombra del dopaje, en 3000 obstáculos tampoco ayudó al atletismo, igual que las continuas críticas a los árbitros desde otras competiciones no dan la sensación de que España esté muy segura de sí misma.
Se cierra el ciclo de Barcelona '92
Y es que los nervios de la primera medalla hicieron mucho daño. Ni en ciclismo, ni en piragüismo, ni en tiro, ni en judo, ni en fútbol (con la desastrosa actuación de los chicos de Luis Milla, que no anotaron ni un sólo gol), ni en la piscina llegaba la primera presea. Tras cuatro días esperando, fue Mireia Belmonte el que nos dio la primera medalla. Al día siguiente siguió su camino Maialen Chourraut y, de nuevo la nadadora, en el séptimo día de competición logró la tercera presea española.
Sin embargo, ahí parece que se puede quedar España estancada un tiempo. Las perspectivas no son muy halagüeñas para el futuro. De hecho, la mayoría de quinielas ya dan como tope un total de diez o doce medallas. En caso de ser así y no llegar a los once metales, sería la peor cosecha desde que el deporte español diera un salto cualitativo hace veinte años.
De ese modo, y si se cumplieran esos presagios tan malos, podría cerrarse la época dorada del deporte español, que nació con aquel plan ADO. La crisis económica ha obligado a las diferentes instituciones a reducir la inversión en deporte y eso se ha notado desde el primer momento. Por supuesto que el factor suerte ha influido y, desde luego, que algunas generaciones salen mejores que otras, pero el medallero español puede reflejar dentro de una semana la enfermedad de un país que puede haber retrocedido unos cuantos años en lo que a deporte se refiere.
Los que nos pueden salvar
Los síntomas son malos, pero de momento el enfermo no está perdido. Aún queda una semana de Juegos Olímpicos y España tiene algunas opciones de medalla. En caso de confirmarse esas apuestas y en caso de obtener alguna presea inesperada, España podría salvar las castañas del fuego en el último momento.
Éstas son las algunas de las medallas que España podría obtener en lo que queda de Juegos Olímpicos y sacar de la UCI al deporte nacional:
1- Baloncesto masculino
2- Balonmano masculino
3- Balonmano femenino
4- Waterpolo masculino
5- Waterpolo femenino
6- Natación sincronizada: dúo
7- Natación sincronizada: equipo
8- Piragüismo: Saúl Craviotto
9- Piragüismo: David Cal
10- Vela: Marina Alabau
11- Vela: Elliott 6m
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