Los entrenadores siguen dando juego: ahora, Guardiola y Garrido

  • Mourinho la lió el miércoles en la Copa ante el Murcia. A Guardiola le preguntaron si sería capaz de emular al técnico del Real Madrid y no lo dudó: "no lo descartes", dijo. En el Camp Nou, ante el Villarreal, dio muestras de su fuerte carácter con el colegiado... y con el entrenador rival.
Villa se marcha de Marchena en el Camp Nou
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lainformacion.com

Guardiola y Garrido se enzarzaron en el Camp Nou. No llegaron a las manos, ni mucho menos, pero demostraron que los entrenadores siguen teniendo mucho que decir en la Liga. Después de la expulsión de Mourinho del pasado miércoles en Copa y de la polémica desatada por Manolo Preciado con el entrenador portugués, los técnicos de Barça y Villarreal tomaron el relevo.

Los azulgrana se adelantaron en el minuto 25 por medio de Villa y estuvieron a punto de marcar el segundo, pero Delgado Ferreiro lo anuló erróneamente. La cosa no quedó ahí porque un minuto después Nilmar empataba para el submarino amarillo. En ese momento llegaron los problemas en la banda.

Guardiola se fue a protestar al cuarto árbitro y Garrido quiso defender al colegiado asistente, dando el visto bueno a su decisión. A Pep no le hizo ninguna gracia que el entrenador visitante ejerciera también sus influencias y se le leyó claramente su opinión en los labios.

"Aquí no, aquí no, en tu casa vale, pero aquí no". Quería decir el técnico azulgrana que es lógico que cada entrenador intente influir en los colegiados cuando juegan en casa, pero que no pensaba aceptar que Juan Carlos Garrido se plantara en el Camp Nou para decir al árbitro lo que tenía que hacer.

La cosa no pasó de ahí, aunque los dos intercambiaron palabras con la presencia del asistente de por medio. Los técnicos hicieron un sandwich al línea, pero la sangre no llegó al río.

De todas formas, y tras la semana que nos han dejado Mourinho, Preciado, Pochettino (que también se unió a la fiesta cargando contra el técnico luso) y compañía, no estaría de más que los entrenadores se tomaran las cosas con un poco más de calma. Menos mal que siempre queda la presencia señorial de Vicente del Bosque para poner calma.

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