Míchel y Quique: vidas cruzadas y unidas en busca de un banquillo

  • En el verano de 1994, Valdano y el madridismo se frotaban las manos. El argentino, un fichaje de relumbrón para el banquillo del Bernabéu tras su exitoso paso por el Tenerife, había reunido en la banda derecha del equipo blanco a dos jugadores fenomenales, de su exquisito gusto futbolístico. Este fue uno de los cruces de caminos en los que se han encontrado Míchel y Quique Sánchez Flores. Ahora, ambos buscan un equipo al que entrenar.
Aitor Amorós

Míchel, un ídolo de los aficionados blancos que se encontraban en la recta final de su carrera, se encargaría de las labores ofensivas, mientras que sería Quique Sánchez Flores, un lateral muy técnico recién llegado del Valencia, el que le vigilaría las espaldas y se aplicaría en defensa.

Esta sociedad prometía buen fútbol por el carril diestro del Santiago Bernabéu, pero apenas coincidieron sobre el césped. En diciembre, José Miguel González del Campo, "Míchel" (23 de marzo de 1963, Madrid), se rompía los ligamentos en Anoeta, y por delante tenía la sombra de una recuperación de más de seis meses, lo que precipitó el fin de su carrera. Quique  (5 de febrero de 1965, Madrid), en cambio, se asentó en lateral, disputando una treintena de encuentros esa temporada y la siguiente.

Fueron dos campañas las que estuvieron juntos bajo la disciplina del Real Madrid, hasta que en el verano de 1996 ambos la abandonaron: el centrocampista con destino a México, y el defensa al Zaragoza. Ambos siguieron el camino habitual en el mundo del futbol de dar el salto a los banquillos, de convertirse en entrenador, y lo hicieron desde abajo, aunque con nuevos nexos en común: la cantera madridista y el Getafe.

Quique optó por dar vuelo a su carrera como técnico en las categorías inferiores del Real Madrid, antes del dar el salto al fútbol profesional de la mano del ‘Geta’ en 2004. Míchel tardó más tiempo en decantarse por dar órdenes desde la banda, ya que su labor como comentarista en TVE le tenía ocupado. Se inició en el Rayo Vallecano, para luego hacerse cargo del Castilla, primero, y más tarde convertirse en el responsable de ‘La Fábrica’, que es como llama Di Stéfano a la cantera merengue.

Por el club azulón han pasado ambos técnicos. En el caso del ‘8’ ha sido su parada más reciente, en donde ha estado desde 2009 hasta que este junio Ángel Torres decidió que no siguiera al frente del equipo. El ‘2’ lo empleó, al igual que más tarde harían Schuster o Laudrup, como trampolín para fichar un equipo más grande. Valencia, Benfica y Atlético de Madrid completan su currículum, y en estos dos últimos ha logrado alzar títulos.

Este verano, tal vez en Ibiza, donde suelen veranear, o tal vez en la cola de INEM, podrán recordar viejo tiempos a la vez que estudian qué opciones tienen para entrenar la próxima temporada… Cosas del destino, ambos ha terminado sus etapas en Getafe y Atlético de Madrid, y en el baile de banquillos del fútbol español, ellos, hasta el momento, no han encontrado un hueco.

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