El gran dominador del fútbol europeo la pasada temporada fue el Inter de Milán que fabricó Jose Mourinho, algo que dolió a sus rivales históricos de la ciudad lombarda. La rivalidad, en este caso fratricida, hacía presagiar un duro recibimiento para el técnico portugués en su visita a San Siro, pero ya se encargó él de calentar un poco más el ambiente.
Su, a partir de ahora famoso, "gesto del triplete" lo mostró desde la llegada con el autobús del Real Madrid: a través de las ventanillas se podía ver al luso "provocando" con el recordatorio. Posteriormente, ya sobre el césped, volvió a repetirlo, con la mano en alto, mientras se retiraba al vestuario.
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