Michael Bradley (Princeton, Estados Unidos; 31 de julio de 1987), es una de las grandes estrellas del ‘soccer’, y está destinado a recoger el testigo como imagen del fútbol en Norteamérica que ahora mismo tiene Landon Donovan, el capitán de la selección.
Este centrocampista rocoso y con buenas condiciones técnicas, pese a su juventud, tiene una extensa carrera a sus espaldas en Europa. Tras comenzar profesionalmente en su país en el MetroStars, dio el salto al fútbol del ‘Viejo continente’ en las filas del SC Heerenveen holandés en 2005. Tras tres temporadas, el Borussia Mönchengladbach se hizo con sus servicios, y en la Bundesliga se ha mostrado como un futbolista capacitado para jugar en un equipo grande.
En Sudáfrica ha disputado todos los minutos, los tres partidos completos de la primera fase, logrando un gol (ante Eslovenia). Que su padre, Bob Bradley, sea el entrenador del combinado estadounidense creó recelos al comienzo, pero a base de buenos actuaciones ha silenciado a todos los críticos.
Ante sí tiene la posibilidad de conducir a su selección a unos cuartos de final que serían históricos para el fútbol yankee. Ghana le exigirá un sobreesfuerzo en la medular, por la gran fuerza física de sus centrocampistas, y será un buen examen para demostrar que está al nivel de los mejores.
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