Pequeño y con una zurda de oro. Esa definición podría servir para varios futbolistas a lo largo de la historia del balompié. Uno de los últimos es David Silva. El jugador del Valencia es uno de los mejores peloteros a nivel europeo, con una clase excepcional que sale a borbotones de su pierna izquierda, un auténtico guante de oro.
Silva se ha convertido en una pieza fundamental de los llamados "bajitos" en la selección. Su versatilidad y movilidad en la zona de ataque unida a una maravillosa visión de juego le convierten en un jugador casi único. Pero al canario no le ha caído el estrellato del cielo.
El Valencia se lo llevó con catorce años para sus categorías inferiores tras verle destacar en los campos canarios. Silva se curtió en Segunda División, en el Eibar, dando muestras de calidad por allí donde pasaba. En la siguiente cesión se fue al Celta y eso le permitió debutar en Primera División. Una gran campaña le sirvió para retornar a la primera plantilla del Valencia.
David es uno de los mayores exponentes de la cantera canaria y, particularmente, de Arguineguín. De ese mismo pueblo procede uno de los mejores jugadores de Primera y de la selección, Juan Carlos Valerón. Silva es el relevo perfecto, en todos los sentidos, y mucho de su juego recuerda a lo que hacía, y hace aún, el actual futbolista del Deportivo. Es el nuevo mago de Arguineguín.
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