Mundial 2010: El balance de España en sus estrenos mundialistas no es bueno

En su primera participación mundialista, allá por el año 1934 en la edición organizada por Italia, el combinado nacional, que acudió bajo la bandera republicana, abrió su historial con una victoria ante Brasil por 3-1. En el encuentro disputado en el estadio Luigi Ferraris de Génova anotaron los goles españoles Chato (por partida doble) y Langara, mientras que por los cariocas marcó Leónidas. En aquel Mundial no hubo fase de grupos, sino que directamente se disputó los octavos de final.

Dieciséis años tuvo que esperar España para volver a una cita mundialista, en concreto hasta Brasil 1950. Se estrenó el combinado nacional ante Estados Unidos, con una victoria por 3-1, con dos goles de Basora y uno del mítico Zarra. Dos ediciones estuvo sin participar 'La Roja', pero regresó en Chile 1962. En Viña del Mar, el equipo dirigido por José Villalonga sucumbió ante Checoslovaquia por 1-0, lo que prácticamente dejó hipotecada su participación, ya que pese a ganar el siguiente partido ante México (1-0, gol de Peiró), la derrota ante Brasil (2-1) en el último partido de la fase de grupos hizo que se despidiera del Mundial a las primeras de cambio.

El arranque del Mundial de Inglaterra en 1966 fue igualmente negativo, ya que España cayó ante Argentina por 2-1, merced a dos goles de Artime que hicieron inútil el de Pirri. Doce años tuvo que esperar la selección española para volver a disputar el evento futbolístico más importante, hasta 1978 en Argentina, donde se estrenó con una derrota por 1-2 ante Austria. Desde entonces, España no ha faltado a ninguna edición.

En 1982, como organizadora del Mundial y con un buen equipo, las expectativas previas de hacer algo importante eran muy grandes. Por ello, el empate en el primer partido ante la débil Honduras (1-1) fue un duro golpe, que pasó a convertirse inmediatamente en una las páginas más negras de la historia de la Selección.

Tras el batacazo en "nuestro Mundial", a México'86 acudimos con unos ánimos renovados que nos duraron un partido. Un debut mundialista ante Brasil siempre se antoja complicado, pero si además el árbitro, el tristemente conocido Mister Bambridge, se convierte en protagonista por no dar por válido un gol (aquel chutazo de Míchel que botó dentro de la portería brasileña pero que no subió al marcador), la tarea se convierte en imposible. Sócrates anotó el gol de la victoria para los brasileños (1-0).

La Copa del Mundo volvió a Europa cuatro años después, en concreto a Italia. En esa edición, en el año 1990, España debutó con Uruguay en un partido que terminó con empate a cero. Estados Unidos acogió en 1994 la cita mundialista, y la Selección, con Javier Clemente en el banquillo, se estrenó en Dallas ante Corea del Sur. El partido acabó en tablas (2-2), y la anécdota estuvo en que un joven Cañizares fue el portero titular por la sanción de Zubizarreta tras la tarjeta roja que vio en aquel memorable partido en Sevilla ante Dinamarca y que, gracias al gol de Hierro, nos clasificó para el Mundial.

En 1998, nos quedó muy cerca el Mundial, en Francia, y allí fuimos con el cartel de favoritos a la espalda. Lo que parecía un cómodo debut ante Nigeria se convirtió en una pesadilla tras un garrafal error de Zubizarreta, que se metió en su propia portería un inocente disparo de Lawal. El 3-2 final, a favor de los africanos, fue un golpe a la autoestima patria, que ya fue a remolque el resto del evento.

Corea del Sur y Japón acogieron la primera Copa del Mundo que se disputó en el continente asiático. Con Camacho como seleccionador, España tuvo un plácido estreno ante Eslovenia, a la que ganó por 3-1, con goles de Raúl, Valerón y Fernando Hierro.

En el último Mundial que se ha disputado hasta la fecha, el de Alemania 2006, el comienzo de la selección española fue inmejorable: 4-0 ante la Ucrania de Shevchenko. Xabi Alonso, Villa en dos ocasiones y Torres anotaron los tantos, en lo que se fue una aventura que duró menos de lo esperado, hasta que Francia, con Zidane en estado de gracia, nos eliminó en octavos.