Mundial 2010: Reina, un crack dentro y fuera del campo

Pepe Reina es sinónimo de simpatía. Todo el mundo recuerda la espectacular "actuación" en la plaza de Colón cuando La Roja celebraba la consecución de la Eurocopa en Viena. El arquero se ganó a toda la afición, como ya lo había hecho con el resto de sus compañeros en la concentración. Por encima de todo es una persona que crea grupo, ambiente.

Pero a Reina ese sambenito le perseguirá siempre y es algo, o muy, injusto. Mucha gente ve su inclusión en la selección porque crea ambiente, sólo por eso. Pero Pepe ha sido, y es, el segundo portero de España y sólo la irrupción de Casillas, posiblemente el mejor de la historia del país, ha evitado que Reina contase con bastantes más internacionalidades.

Y no lo ha tenido nada fácil el de Madrid. Tras salir de la cantera del Barcelona, consiguió debutar en el primer equipo pero acabaría marchándose cuando su futuro no se presentaba nada prometedor. Fue el Villarreal quien le dio cobijo y aunque los culés tenían una opción de recompra decidieron no ejercitarlo.

Tras unos buenos tres años en el Submarino Amarillo, Reina decidió probar una nueva aventura. Benítez le llamó para ser el cancerbero del Liverpool y Pepe no dudó. El portero madrileño se convirtió en uno de los referentes del club inglés, a la par que uno de los mejores de la Premier. Eso le sirvió para llevarse en tres temporadas el galardón al menos imbatido. Con España jamás ha desentonado, ni en el campo ni en el escenario.