La actuación de Lass Diarra se puede resumir en una jugada, la del gol del Rayo Vallecano. Un error garrafal del francés derivó en el cero a uno a los 15 segundos de encuentro. Fuera del partido, Mourinho tiró de Özil, por segundo partido consecutivo en el banquillo, para despertar al Madrid. Y el cambio surtió efecto de inmediato. Era el minuto 28 de partido.
El Rayo no cambió su esquema, siguió presionando muy arriba y el Madrid, con un hombre de la calidad del alemán en el campo, no perdonó la osadía franjirroja. Los contragolpes de los de Mourinho eran cada vez más perfectos, los blancos galopaban en el Bernabéu y antes del descanso ya le habían dado la vuelta al partido.
El sprint final del Madrid en el primer tiempo se mantuvo tras el descanso. Kaká fue derribado por Movilla en el área y Ronaldo anotaba el 3-1 desde los 11 metros. El segundo gol de Michu y la expulsión de Di María dieron esperanzas al Rayo, pero Özil le puso pausa al partido, buscó la precisión en lugar de la fantasía. Y de un córner botado por el alemán nació el 4-2, obra de Varane.
El "diez" blanco se movió entre la banda derecha, ocupando el espacio dejado por Di María, y el medio. Siempre ofreciéndose a sus compañeros, Özil se encontró un mal pase del Rayo, inició el contragolpe y asistió a Benzema para que el francés rompiera la red al primer toque. El alemán le cambió la cara al Madrid cuando más lo necesitaba.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios