Peña: "Este equipo ha estado unido desde el primer día y es único"

  • El veterano manejador del equipo nacional de la República Dominicana, Tony Peña, en medio de lágrimas se mostró "orgulloso" y "feliz" por el triunfo de 3-1 que habían conseguido frente a Estados Unidos que les dio el pase a las semifinales del III Clásico Mundial de Béisbol.

Miami (EEUU), 14 mar.- El veterano manejador del equipo nacional de la República Dominicana, Tony Peña, en medio de lágrimas se mostró "orgulloso" y "feliz" por el triunfo de 3-1 que habían conseguido frente a Estados Unidos que les dio el pase a las semifinales del III Clásico Mundial de Béisbol.

Mientras en las afueras del Marlins Park, de Miami, las notas de la música "salsa" se escuchaban en la fiesta que los fanáticos dominicanos habían montado para celebrar la gran victoria.

Dentro de la sala de prensa del estadio de los Marlins de Miami, que volvió a lucir grandioso, con una asistencia de 34.366 espectadores, Peña, no pudo contener sus emociones ni sus lágrimas y mucho menos ser agradecido.

"Le doy gracias a Dios", comenzó Peña tras contener las lágrimas. "Me siento tan emocionado porque este equipo se ha mantenido unido desde el primer día y no pienso que vuelva a tener un grupo de hombres jóvenes con la dedicación y la dignidad que han puesto por representar a su país".

La alabanza de Peña, el veterano entrenador de los reservas de los Yanquis de Nueva York, no era en vano sino que estaba completamente justificada por que habían logrado la victoria, clasificar por segunda vez a las semifinales del clásico y además seguir invictos (5-0) en lo que va de competición, la única novena que lo ha logrado hasta ahora.

Lo hicieron gracias al gran pitcheo que tuvieron durante todo el partido, pero sobre todo a la gran defensa, y el bateo oportuno que simbolizó el Erick Aybar, que entró como emergente en la parte alta de la novena entrada e impulsó la carrera de la ventaja y el gane con sencillo contra el cerrador de Estados unidos, Craig Kimbrel.

Peña dijo que aunque ya estaban clasificados ahora el objetivo era llegar a San Francisco como primero del Grupo 2 y tener la opción de enfrentarse en semifinales a Holanda, que quedó segunda en el Grupo 1 que se disputó el Japón, donde el país anfitrión fue primero y defenderá el título de bicampeón del torneo.

"Esperamos seguir con la misma mentalidad y rendimiento en el campo para el partido del próximo sábado, sin importar que nos vuelva a tocar Estados Unidos o Puerto Rico", destacó Peña.

Ambos equipos se enfrentan mañana, viernes, para decidir quien de los dos logra el segundo boleto para estar en San Francisco.

Los más importante para Peña era destacar la manera como Aybar logró superar a un lanzador como Kimbrel y conseguir impulsar la carrera que cambió la historia del partido después que no comenzó bien su misión en la caja de bateo al estar 1-1 en la cuenta y enfrentarse al árbitro del home-plate, Ángel Hernández, por un "strike" que le señaló.

"La única cosa que podría haber como buen profesional era concentrarse y poner la pelota en movimiento", comentó Peña, que confió en Aybar al sacarlo por el jardinero Ricardo Nanita. "Eso fue lo que hizo de maravilla, se olvidó de lo sucedido del lanzamiento anterior y se centró en lo que realmente tenía que hacer".

Aybar, que milita con los Angelinos de Los Ángeles, en el béisbol de la Liga Americana, reconoció que se centró más que nunca en el juego y esperó una recta de más de 157 kilómetros por hora para pegar un sencillo impulsador de oro y del gane.

"Como ustedes se pueden imaginar, me tuve que centrar de nuevo en lo que me podía llegar desde el montículo después de la frustración que sentí por la llamada que hizo el umpire del primer lanzamiento", comentó Aybar. "Me calme a mi mismo y todo salió bien".

Antes de hit de oro de Aybar, el pitcheo de Dominicana encabezado por el abridor Samuel Deduno y cuatro relevista más hizo una labor excepcional al limitar a la artillería pesada de Estados Unidos a sólo seis imparables con una carrera anotada, que fue sucia, producto de dar una base por bolas con la casa llena.

Por eso mismo, Peña se emocionó porque Dominicana jugó un gran béisbol y logró una merecida victoria ante un rival que también trabajó por conseguirla, pero al que le faltó el toque "mágico" y "ganador" que puso Aybar con su bate.

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