Piscina para nado sincronizado será drenada; la de clavados seguirá verde

Dolores Hernández perdió su toalla en el fondo del agua turbia, Tania Cagnotto salta con la boca y ojos cerrados por siente asco, Abigail Johnston dice que parece un pantano: es la opinión de clavadistas olímpicos sobre la piscina de Rio-2016.

Y así seguirá.

Mientras la competencia de clavados se realiza en el agua verde alga, que llegó a oler a "pedo" durante una sesión de entrenamientos, los organizadores corren para dejar la alberca vecina apta para el nado sincronizado.

Y apta en este caso significa limpia.

Y para eso los organizadores anunciaron este sábado una medida radical: el agua será drenada y reemplazada. Una gigantesca manguera estaba succionando el agua entrada la noche, constató un periodista de la AFP.

El gerente de instalaciones de los Juegos, Gustavo Nascimento, admitió que los intentos para devolver su color azul original al agua de la piscina de 50 metros del centro acuático Maria Lenk, fracasaron.

"Hemos estado intentándolo durante cuatro días. Obviamente no va tan rápido como queríamos (...), así que vamos a cambiar el agua", indicó Nascimento en una rueda de prensa organizada a las carreras.

"Vamos a drenar el agua de la piscina de competición y vamos a bombear agua de la piscina de calentamiento", precisó.

El agua resultó afectada después de que la adyacente piscina de clavados se tornó verde debido a una reacción química causada por peróxido de hidrógeno que neutralizó el cloro, según Nascimento.

"El nado sincronizado requiere agua transparente para los jueces y agua transparente para que las nadadoras se puedan ver, así que vamos a cambiar el agua", explicó.

El sábado, la piscina principal presentaba un color verde claro, mientras la de clavados, donde se realizaron las semifinales de trampolín de tres metros, permanecía como una laguna turbia.

El agua de ésta última no será sin embargo reemplazada y el tratamiento para volverla azul continuará.

"Ah, espera, ¿no lo van a hacer en la de clavados? Bueno no importa, es un día más, está bien, no me importa, es un poco pantanosa, pero estoy saltando bien, si la mantienen así, todo bien", dijo la medallista estadounidense Abigail Johnston, que avanzó quinta a la final del trampolín de tres metros.

La italiana Cagnotto, plata en trampolín sincronizado, coincidió en que el color agua no afecta su desempeño, "pero da asco".

"Yo trato de salir inmediatamente del agua, me lavo después de cada clavado. Más que eso no puedo hacer... No quiero saber ni si huele mal el agua. Entro con ojos y boca cerrados, salgo y no quiero ni oler el agua. Me han dicho que da asco y me lo creo", explicó.

La polémica con el agua estalló martes cuando la piscina tomó ese color verdoso. Sin embargo, la organización siempre insistió en que no había riesgos para la salud de los atletas.

El alemán Stephen Feck fue quien se quejó de que la instalación olía a pedo e incluso publicó una foto en redes sociales en la que aparece verde junto a sus compañeros de equipo.

Los jugadores de polo acuático que usaron en la fase de grupos la piscina de 50 metros que será drenada se quejaron no obstante que el cloro les irritaba los ojos.

Se necesitarán unas 10 horas para reemplazar unos 3,73 millones de litros de agua.

"Esto se hará durante la noche. El agua del calentamiento está en perfectas condiciones (...). Esperamos que el problema esté solucionado mañana a las siete de la mañana", añadió.

El waterpolo pasará ahora al Centro Acuático principal, donde este sábado termina la natación.

Si antes de terminar los Juegos Olímpicos el agua de los clavados vuelve a estar azul, en el fondo podrá verse la toalla de la mexicana Hernández, eliminada en las semifinales.

"La perdí de vista y no se puede ver el fondo. Debe estar por ahí", expresó.

Mostrar comentarios