¿Por qué no funciona el 'Súper Ferrari' de Alonso?

Muy a su pesar, la escuderia Ferrari ha regresado al final de la década de los 60. Entonces, como ahora, los bólidos rojos no eran los más rápidos del Mundial de Fórmula 1 a pesar del aura de grandeza que siempre ha rodeado a la escudería de il cavallino rampante. No ganaron ningún campeonato del mundo entre 1965 y 1974, ambos inclusive. Quizá por ese motivo, cuando en 1968 se estrenó la serie de dibujos animados de Los autos locos, el coche del villano, Pierre Nodoyuna, recibió el nombre de Súper Ferrari. Sería una broma de los guionistas con un poso de realidad.   

Pierre Nodoyuna era un personaje inspirado en el Profesor Fate de La carrera del siglo, una hilarante película de Blake Edwards de 1965. Al igual que el actor, el dibujo animado intentaba ganar las carreras con trampas, a pesar de que, si se hubiera concentrado en competir, tenía un coche muy competitivo. Pierre Nodoyuna y su secuaz, el Perro Patán, acababan sufriendo mil y un desastres porque todos sus planes de sabotaje salían mal y se volvían contra ellos.

Ni Fernando Alonso lleva un copiloto canino, ni el piloto asturiano ni Ferrari se saltan una y otra vez las normas de deportividad y el reglamento como hacían Pierre Nodoyuna y Patán y, por supuesto, casi todos los restantes participantes. Ahí estaba la gracia de la serie y de ahí venía lo del título de Los autos locos. Sin embargo, los resultados del F150º Italia son similares a los del Súper Ferrari de la serie animada: ninguna victoria en el Mundial de Fórmula 1 de 2011, tres grandes premios, y ningún podio.

El Ferrari es más lento que sus rivales

¿Por qué no funciona el Ferrari en 2011? Lo dramático para el equipo rojo es que no tienen ni idea. Cuando se conoce el problema se puede buscar la solución, pero en Maranello no dan con la causa. Al terminar la carrera en Shanghai, en la que Fernando Alonso terminó en un decepcionante séptimo puesto, el piloto español fue muy contundente en sus declaraciones: "No tengo ni idea de por qué el Ferrari ha ido tan mal aquí. El problema no ha sido la estrategia, sino que el coche es lento. Si eres lento, aunque hagas una parada, dos o tres, las cosas no cambian demasiado".

Para un gran piloto que quiere ganar su tercer Mundial, y que lleva cuatro temporadas desde que conquistó el último, no puede haber nada más desesperante que pilotar un monoplaza que no corre. Cuando Alonso se marchó de Renault rumbo a Ferrari, se veía de nuevo con un coche campeón. Sin tener el mejor bólido, que era el de Red Bull, el español pudo ganar el Mundial del año pasado, pero el desastre estratégico de la última carrera le dejó con la miel en los labios.

En 2011, en Ferrari no han hecho los deberes, o los han hecho mal. Tanto da. Los resultados son los que son. Red Bull y McLaren están un escalón o dos por encima, y cuando falla uno de los de arriba, aparece un Mercedes o un Renault y queda por delante de los coches rojos. Al parecer, el principal problema es estructural: algo no va bien en la línea aerodinámica, lo que hace al coche más lento.

Este problema lo empezaron a percibir en la escudería italiana en los test de Montmeló. Los coches que van bien en Barcelona suelen ir bien en el Mundial, pero en esos entrenamientos empezaron a encenderse las luces de alarma. Lo que conseguían los coches en la pista no coincidía con lo que se esperaba tras probar la maqueta a escala en el túnel del viento. Y esta divergencia en los resultados ha ido ampliándose con el paso de las carreras. Si no solucionan el problema pronto como ha hecho McLaren, con un mal inicio de pretemporada solucionado a la hora de la verdad, podrían tirar la temporada a la basura.

Fallos de estrategia y de pilotaje

Luego están los eternos problemas de estrategia del equipo desde que Ross Brawn y Jean Todt dejaron sus puestos en Ferrari. Con Stefano Domenicali al frente, la capacidad de improvisar ante las sorpresas de la carrera ha quedado reducida a cero. En Twitter hay muchas bromas al respecto en los #domenicalifacts. En China se volvió a ver. Alonso salía con la idea de hacer dos paradas, tres si la carrera lo exigía. Con la enorme degradación de los neumáticos Pirelli, la mejor táctica se reveló que era ir a tres paradas, pero los dos bólidos rojos hicieron dos. Todavía está en el recuerdo de todos el papelón de Abu Dabi en 2010 cuando se perdió el título de la forma más absurda. Chris Dyer fue la cabeza de turco, pero está claro que no era el único responsable de las malas estrategias.

Por último, también hay que reconocer que Alonso no está especialmente fino en este inicio de temporada. De sus salidas mágicas ya sólo queda el recuerdo. Ahora, pierde posiciones cada vez que se apagan los semáforos. A esto se une errores de pilotaje como cuando embistió por detrás al británico Lewis Hamilton (McLaren) impaciente por adelantarlo porque iba más lento y le alejaba de un podio que parecía suyo. Por fallos como éstos, Alonso ha quedado por detrás de su compañero, el brasileño Felipe Massa, en las dos últimas carreras.

Tanto Ferrari como Alonso (y Massa) tienen que ponerse las pilas porque en Italia las derrotas de il cavallino rampante casi son cuestiones de estado. El patrón de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo, ya está presionando al equipo. "Quiero que Ferrari esté al nivel que tanto nosotros como los aficionados demandamos como debería ser", ha declarado. Nada comparable con la prensa italiana, que habla de temporada perdida. ¿Conseguirán Alonso y Ferrari dar la vuelta a esta situación o seguirán acabando igual de frustrados que Pierre Nodoyuna? No hace falta que Fernando se ría como el perro Patán, pero si vuelve a sonreír, eso querrá decir que los problemas van quedando atrás.