Posiblemente, el peor tipo que nunca pisó una cancha de basket

  • Lesionar a compañeros, humillarlos, hasta orinarles la ropa... Reeves Nelson tiene potencial para jugar en la NBA, pero es tan mal tipo que está en el paro. Éstas son sus 'hazañas'.
Quique Peinado

Reeves Nelson llegó al campus de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) como la futura estrella de su equipo de baloncesto. Listo y talentoso, este ala-pívot tenía ante sí un futuro NBA. Tras dos años y unos pocos meses de mostrar que tiene "un lado loco", como lo definió un ex compañero, está en el paro y tiene muy complicado ganarse la vida jugando al baloncesto.

Un artículo del Premio Pulitzer George Dohrmann para 'Sports Illustrated', en el que estuvo dos meses investigando la trastienda del equipo de UCLA, saca a la luz un comportamiento tan detestable de Nelson que resulta hiriente. Dohrmann cuenta cómo, tras haber protagonizado alguna agresión a compañeros en el campus (uno de ellos se presentó en un entrenamiento con un ojo morado tras 'discutir' con Nelson), las prácticas se convirtieron en lugares peligrosos.

Reeves Nelson no solo protagonizaba peleas, sino que intencionadamente lesionaba a sus compañeros. A James Keefe, con quien luchaba por el rebote, le tiró deliberadamente del brazo izquierdo cuando sabía que tenía ese hombro operado; consiguió su objetivo de lesionarlo para varias semanas.

En otra ocasión, empujó a Alex Schrempf (hijo del mítico ex jugador alemán Detlef Schrempf) en un contraataque y le provocó una lesión de espaldas que le tuvo varios meses de baja. A otro compañero le fisuró una costilla de un codazo cuando el partido estaba parado y a Tyler Trapani, el nieto del mítico John Wooden, el entrenador-leyenda que construyó el prestigio de UCLA, le pisó en el pecho intencionadamente cuando estaba en el suelo.

Algunos jugadores, como Matt Carlino, decidieron abandonar la universidad por el acoso de Nelson. Uno que no la abandonó, pero sí que recibió un cuarto para él solo, fue Tyler Honeycutt, ex compañero de habitación. Nelson sospechaba que había informado al entrenador de las salidas nocturnas de algunos compañeros, así que le colocó algunas de sus ropas sobre la cama y orinó encima.

Tras un segundo año en el que Nelson fue el mejor del equipo (máximo anotador y reboteador del equipo), al comienzo de su tercera temporada, el pasado mes de noviembre, terminó por ser expulsado de la universidad tras nuevas muestras de indisciplina.

En diciembre fue contratado por el Zalgiris Kaunas lituano, pero a las cinco semanas fue despedido. Los verdes lo querían para jugar de ala-pívot, pero se llevaron un chasco cuando lo midieron: daba 1,97 metros, cuando sus datos oficiales de la NCAA eran 2,03 metros.

Ahora, en paro y con 20 años, tiene un futuro complicado. El jugador ha declarado públicamente que el artículo de 'Sports Illustrated' no refleja quién es, pero ni la revista ni su autor, todo un premio Pulitzer, piensan rectificar ni una coma.

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