Preciado esquiva la soga y deja su puesto en el patíbulo a Cúper

La jornada 9 le ha salido redonda a Manolo Preciado. Elentrenador del Sporting de Gijón estaba con la soga al cuello porque su equipoera colista con un punto en siete partidos (la primera jornada se aplazó por lahuelga de futbolistas), un punto de 21 posibles. Los rumores sobre su posibledespido empezaban a ser cada vez más ruidosos, pero la victoria ante el Granada(2-0) le permite tomar aire y dejar su puesto como entrenador en el patíbulo a dosde sus colegas, Héctor Cúper y Fabri González, sobre todo al primero.En El Molinón se quiere mucho al técnico cántabro, pero unanueva derrota hubiera sido excesiva para la paciencia sportinguista, y más anteel Granada, antepenúltimo y un rival directo en la lucha para esquivar eldescenso. Los goles de Barral y Andrés Castro han servido para lograr la primeravictoria de la temporada, para que Preciado se quite un peso de encima y paraabandonar el farolillo rojo. Ahora, el último de la Liga, el colista, es elRacing de Santander, mientras que el Granada tiene un punto más que cántabros yasturianos.El mal partido del Granada deja a Fabri en una situaciónincómoda. El objetivo del equipo andaluz, recién ascendido a Primera, es no regresaral infierno de Segunda, y para ello es vital puntuar ante equipos de su Liga. Asu favor está el empate logrado ante el Atlético la jornada anterior, que haceque salvo en los dos primeros partidos, no haya enlazado dos derrotas seguidas, lo que es bueno para evitar calentones presidenciales.No obstante, es necesario ganar porque con empates la salvación sería máscomplicada.Si la silla de Fabri empieza a quemar, la de Héctor Cúper yaestá medio carbonizada. El Racing es ahora el colista después de perder 0-1 conel Espanyol, y a la afición cántabra la paciencia no le sobra con lo que estáviviendo en los últimos tiempos: malos resultados deportivos, el paso del indioAli Syed por el club como un elefante en una cacharrería… Cuatro puntos son pocos para un entrenador con el perfilde Cúper, y él no tiene detrás un ascenso como Fabri ni el cariño de la aficiónrojiblanca como Preciado.