"Ha sido un día muy importante para mí. He ganado en Europa, en España, y ahora gano el Dakar, en Sudamérica. Estoy muy contento y se me ha quitado un gran peso de encima. Quisiera dar las gracias, en primer lugar, a Lucas Cruz, mi copiloto, por su magnífico trabajo, y al equipo, así como a toda la gente que siempre ha creído en mí", afirmó.
El madrileño, que con este título culmina un palmarés plagado de éxitos, resaltó el transcurso sin sobresaltos de la última especial de la carrera, prevista con 206 kilómetros cronometrados en territorio argentino entre la localidad de San Rafael y la capital Buenos Aires, así como el papel de su compañero y máximo rival en el trazado bonaerense, el catarí Al Attiyah.
"No hemos tenido ningún problema con el coche. Hemos realizado un Dakar muy rápido, pero inteligente. Ha sido una batalla dura y cotidiana con mi compañero de equipo. Sabía que iba a ser así. Hemos luchado a fondo. Hoy era una etapa muy especial. No podíamos cometer ningún error y controlamos los nervios", zanjó.
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