De Sétif a Rio, los gemelos Baka amplían los límites del deporte paralímpico

Con visión seriamente reducida de nacimiento, los hermanos Baka se hicieron un nombre en Rio de Janeiro al superar a los atletas olímpicos. Primero y cuarto con tiempos récord en la competencia de 1.500 m, estos gemelos argelinos erosionan la frontera entre el deporte olímpico y el paralímpico.

¿Su secreto? "El entrenamiento", responde a la AFP Abdellatif Baka, de 22 años, vencedor de la final de los 1.500 m, que marcará esta edición de los Juegos Paralímpicos de Rio.

Los cuatro primeros en cruzar la línea de llegada el domingo fueron más rápidos que el campeón olímpico hace tres semanas. Con un tiempo de 3 m 48 s 29/100, Abdellatif ganó la medalla de oro, la primera de su país, batiendo además el récord del mundo paralímpico.

El gemelo de Abdellatif, Fuad Baka, quedó fuera del podio con un tiempo de 3 m 49 s 84/100, aunque fue más veloz que el campeón olímpico, el estadounidense Matthew Centrowitz (3 m 50 s 00/100), vencedor de la carrera más lenta desde 1932.

"Esta victoria es una sorpresa", afirma Abdellatif. Este moreno, de baja estatura, esperaba una medalla, pero no creía en la posibilidad del récord mundial: "di todo en los últimos 300 m, fue una carrera muy táctica. Estoy orgulloso de haberlo logrado".

Abdellatif y Fuad, con visión reducida de nacimiento, comenzaron a practicar el atletismo a los 9 años en Sétif, 300 km al este de Argel. Para el primero, quien obtuvo la medalla de oro en los 800 m en Londres 2012, se trata de sus segundos juegos. Fuad, en cambio, debutó en Rio de Janeiro.

"La presencia de uno le da seguridad al otro, se complementan bien", cuenta su entrenador, Abderahman Brahmi, a la AFP. "Para esta carrera aplicaron una estrategia para que ganara uno de los dos. A Fuad aún le falta experiencia, pero no alcanzó el podio por muy poco", señala.

Los gemelos, clasificados en la categoría T13, los de visión reducida, tienen una visión borrosa a más de tres metros. "No es realmente un handicap, nacieron así, están habituados", alegan.

"Serios, trabajadores, amables", según su entrenador, pusieron al deporte en el centro de sus vidas. Pero se hicieron "realmente competitivos" participando en numerosas pruebas con atletas sin discapacidad.

"Gracias a esas competencias mixtas, bajan unas centésimas, piensan en táctica y en velocidad", añade Brahmi, quien espera que sus pupilos corran el sábado los 400 m.

¿Esperan algún día sumarse a los atletas olímpicos? Abdellatif Baka quiere creer en ello. "Correr con los atletas sin discapacidades no es imposible para mí. Me entreno duro para eso, soy serio. Si Dios quiere, algún día lo lograré", asegura.

Por el momento, al regreso de Rio el entrenador empezará a prepararlos para los Paralímpicos de Tokio en 2020. "De edición en edición, sube el nivel. Todos buscan superar sus límites", agrega.

"Tener cuatro atletas más rápidos que la medalla de oro olímpica es la mejor manera de promover a los deportistas paralímpicos", sostiene Craig Spence, portavoz del Comité Internacional Paralímpico.

Según él, esos resultados combaten "la idea heredada de que el deporte paralímpico es un deporte de segunda clase".

El sábado Markus Rehm, intentará batir su récord personal y saltar 8,40 m de largo. Si lo logra, este alemán de 27 años, a quien se le amputó una pierna, superará al campeón de Rio en la categoría, el estadounidense Jeff Henderson, quien en agosto saltó 8,38 m.

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