Llega el Circuito de Suzuka. Sus casi seis mil metros de longitud han vivido algunas de las escenas más emocionantes y más impactantes de la Fórmula Uno. Mucha parte de culpa tiene la "colocación" del Gran Premio de Japón como última prueba del calendario automovilístico. Y así sucedió que, en once ocasiones, se decidió el campeonato en las rectas y curvas niponas. Ahora, ese honor, el de cerrar la temporada, le corresponde a Yas Marina, el espectacular trazado de Abu Dhabi.
El final de la década de los ochenta vivió espectaculares duelos. Nigel Mansell y Nelson Piquet fueron los primeros en protagonizar una encarnizada lucha sobre el asfalto japonés allá por 1988. En unas de las curvas, el coche del brasileño acabó embistiendo el Williams-Judd, que tuvo que retirarse. Nunca se le dio bien Suzuka al británico, que la temporada anterior sufrió un brutal accidente que acabó con sus huesos en el hospital.
La alternativa la tomaron los míticos Ayrton Senna y Alain Prost, que se jugaron el cetro mundial en dos ocasiones consecutivas (1989 y 1990) y donde sus peleas siempre acabaron antes de ver la bandera de cuadros. La rivalidad de ambos forma parte de la historia del Gran Circo.
En 1989, el piloto francés llegaba a Suzuka con 16 puntos de ventaja sobre el brasileño, compañero de escudería en McLaren. Senna necesitaba vencer en Japón y Australia. En la vuelta 47, cuando Ayrton intentaba superar a Prost en la "chicane" Casio, el francés acabó golpeando el monoplaza de Senna. Alain se quedaba fuera y el brasileño conseguía finalizar en primer lugar, aunque más tarde sería descalificado por acortar la "chicane" con ayuda externa. El título fue para Prost.
Un año después se repetiría la misma historia. Pero al revés. Senna ni siquiera esperó y en la primera curva chocó a propósito contra su ex-compañero, ahora en Ferrari, dejándolo fuera de carrera. Sería el brasileño quien se llevará el título mundial.
La rapidez del circuito de Suzuka ha ido dejando imágenes memorables en la retina de los apasionados de la Fórmula Uno. Quizá, para la afición española, uno de los mejores adelantamientos de los últimos años sea el de Fernando Alonso, a bordo de su Renault, al alemán Michael Schumacher dando un hachazo espectacular en la curva 130R. Mika Hakkinen guardará muy buen recuerdo de la cita nipona porque en 1998 le ganó el título a Schumi y al año siguiente a Eddie Irvine. Este año, Suzuka volverá a ser clave en la lucha por el Mundial.
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