Teresa Perales: "Phelps debe preguntarse quién es esa Perales con quien tanto me comparan"

    • Teresa Perales acumula 22 medallas en los Juegos Paralímpicos en natación a pesar de que de pequeña odiaba nadar y sólo le gustó cuando se quedó parapléjica.
    • Esta aragonesa cree que el legendario Michael Phelps debe estar extrañado por la comparación eterna entre ambos por el número de metales que han ganado.
Teresa Perales, o el triunfo de la sirena que odiaba el agua
Teresa Perales, o el triunfo de la sirena que odiaba el agua
J.Ramírez/A.Fantes/M.Fernández

En la persona de la nadadora Teresa Perales (Zaragoza, 29-12-1975) se fusiona lo divino y lo humano. Lo primero, porque esta española ya forma parte del Olimpo del deporte al haber logrado 22 medallas en unos Juegos Paralímpicos; lo segundo, porque es el vivo ejemplo de la superación, de la lucha por llegar más lejos, del esfuerzo por compaginar el deporte con la vida familiar y la maternidad. Casi nada. Teresa, que recibe a lainformacion.com en el marco del ciclo de conferencias "Superación y Pensamiento Positivo" de la Fundación Mutua Madrileña, hace todo eso desde una sencillez digna de admiración.

Para alguien que ha sumado seis medallas de oro, seis de plata y diez de bronce en los últimos cuatro Juegos, mantener los pies en la tierra, o en el agua en este caso, debe ser casi un milagro. Teresa, en cambio, lo lleva con naturalidad, y a la eterna comparación con Michael Phelps, el único que ha logrado lo que ella en la piscina, pero en los Juegos Olímpicos, responde: "El muchacho éste debe estar preguntándose quién es esta Teresa Perales que no hacen más que compararle con ella y de poner mi nombre y el suyo en Twitter".

Esta zaragozana no está obcecada con superar la marca del estadounidense en Río de Janeiro 2016, sino en superarse a sí misma. De hecho, el gran aliciente para volver a tirarse a la piscina en Brasil con 41 años es su peque, Mariano. "En Londres, mi hijo tenía dos años y medio y no se acordará cuando sea mayor. Si llego a Río, sí que se acordará porque tendrá ya seis", responde en la entrevista.

Para ella, el pequeño Nano, fruto de su matrimonio con el periodista Mariano Menor, es lo mejor que le ha pasado en la vida, mucho mejor que las 22 preseas que ha acumulado a lo largo de su fructífera carrera. Con él protagonizó el gran momento de los pasados Juegos Paralímpicos de Londres 2012, cuando el niño corrió hacia ella gritando "¡mamá, campeona!" y Teresa le regaló la medalla que acababa de ganar y las flores. "Para ti todo", le dijo. Las lágrimas de emoción que ha provocado ese vídeo en el mundo entero podrían llenar una piscina olímpica.

Esta escena tan emotiva se produjo después de que la nadadora hubiera realizado un gran sacrificio para estar en la cita paralímpica, el mayor que puede hacer una madre: separarse de su "pequeñajo". Antes de viajar a Londres, realizó dos concentraciones largas lejos de su Nano. "22 días sin ver al niño, sin tocarlo, sin olerlo, sin cogerlo ni besuquearlo", comenta recordando aquellos momentos tan duros que, por fortuna, tuvieron luego un enorme premio al situarse en lo más alto con sus 22 medallas, una por cada día de concentración, aunque no todas sumadas en Londres (allí se colgó seis).Heroína 'por accidente'

Teresa perdió la movilidad en las piernas a los 19 años por culpa de una neuropatía, pero lejos de quedarse hundida en casa mirándose "el ombligo, que es muy aburrido", decidió seguir adelante. Y su gran apoyo lo encontró en la piscina, donde encontró la "libertad", toda una sorpresa para la maña. "Había hecho natación de pequeñita y la odiaba, mucho esfuerzo y poca rentabilidad", comenta, y recuerda que buscaba excusas para no nadar. Si entonces le hubieran dicho que iba a llegar a los dos patitos en número de metales compitiendo en el agua, no lo hubiera creído, pero tampoco hubiese creído muchas otras cosas.

Porque 'gracias' a su paraplejia, Teresa Perales ha realizado muchísimas cosas. "La actitud lo hace todo. La cabeza vale más que el cuerpo y te lleva a lugares que tu cuerpo nunca se plantearía". A ella le ha llevado a dar la vuelta al mundo varias veces, a disputar un Rally como copiloto, a ir al desierto… Esta aragonesa ha llegado incluso a hacer una incursión en la política. ¿Por qué? "Por vocación de servicio, porque el tren pasaba por allí, porque es una forma de devolver a la gente el cariño que me daban"…

Ni siquiera en esas aguas procelosas se ha hundido Teresa, que ejemplifica lo que ella dice que ofrecen los Juegos Paralímpicos, "un auténtico espectáculo deportivo, una pelea de titanes" y también una "historia personal detrás de muchos valores". De muchos valores y muchos quilates, y no sólo por las 22 medallas que ha conquistado hasta el momento. No hay mejor inyección para el optimismo que una charla con esta nadadora, y en estos tiempos de crisis, eso no tiene precio.

Sigue @jorgekosky

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