Thibaut Courtois, a la cima mundial como portero del Atlético

Jenaro Lorente

Madrid, 17 may.- Pocos dudan de que el éxito del Atlético de Madrid en el campeonato liguero que acaba de conquistar, el décimo de su historia, se sustenta en uno de sus grandes pilares, el cancerbero belga Thibaut Courtois, quien, desde que debutase con los rojiblancos el 25 de agosto de 2011, ha experimentado una espectacular progresión que lo ha situado en la cima mundial.

Porque hablar de "Tibú" en 2014 es hacerlo de uno de los más grandes arqueros del planeta, sino el mejor, de una pieza básica en el bloque que Diego Pablo Simeone ha construido en el Manzanares, de un cimiento imprescindible en el engranaje del conjunto.

No imaginaba la afición del Calderón que la amargura provocada por la fuga de uno de sus ídolos, el joven David de Gea en el mes de junio de 2011 al Manchester United, iba a cicatrizar pronto, y de qué manera. Ni tampoco Courtois, que con 8 años llegó al Genk belga como un proyecto de lateral izquierdo, tanta resonancia con el Atlético.

Nacido en Bree (Bélgica) el 11 de mayo de 1992, "Tibú", hijo de padres deportistas (los dos fueron profesionales de voleibol), aprendió a lanzarse a por el balón y a endurecer sus manoplas en el campo de su casa familiar, y en las secciones inferiores del Genk a jugar con el pie.

En 2009 aún era el sexto portero del Genk, pero el club flamenco traspasó a un par de ellos y otros tres sufrieron lesiones. La coyuntura desencadenó su debut en el la liga belga, el 17 de abril de 2009, cuando sólo contaba 16 años. Desde entonces, comenzó a crecer física y profesionalmente hasta convertirse en el gigante actual.

En agosto de 2010 firmó su primer contrato profesional y un año después el Chelsea lo fichó por 11 millones de euros. En Londres estuvo poco tiempo, porque un mes más tarde es cedido al Atlético, que lo hace debutar con sus nuevos colores el 25 de agosto, en la Liga Europa, ante el Vitoria de Guimaraes.

Todavía no había llegado el Cholo Simeone al club (lo haría en el mes de diciembre), pero Courtois empezó como fijo de una portería en la que se afianzó y explotó sus cualidades tras la comparecencia del técnico argentino.

Desde entonces, su avance ha sido fastuoso, a la par que el del Atlético de Madrid. Recordadas son sus actuaciones en la final de la Liga Europa de 2012, ante el Athletic de Bilbao, en Bucarest (3-0) y, especialmente, en el desenlace definitivo de la Copa del Rey de 2013, ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu (2-1), donde dos intervenciones antológicas suyas (ante Higuain y Ozil) terminaron por concederle el título a los rojiblancos.

Campeón también de la Supercopa de Europa en agosto de 2012 en aquella tunda mágica al Chelsea (4-1) en Mónaco, Thibaut ha hecho detonar todas sus virtudes este curso, en el que ha exhibido con poder su espigado porte, con 198 centímetros de altura.

Courtois transmite desde el arco una seguridad impropia en un joven como él. Reflejos, agilidad, colocación, intuición y control del juego aéreo son algunas de las facultades que han encumbrado al guardameta que ha concluido la liga española como el menos goleado y que está citado, como todo su equipo, el próximo 24 de mayo en Lisboa para disputar la final de la Liga de campeones ante el Real Madrid, un hito en la institución.

En la Champions ha paseado su palmito por los mejores escaparates europeos, incluido el estadio Stamford Brigde de Londres, propiedad del Chelsea, el club que posee sus derechos, donde volvió a realizar otra magistral actuación y fue decisivo en la eliminación de los "blues".

Courtois es el gran deseado para la nueva temporada. Lo quiere el Atlético, que intentará una nueva cesión, y todos los grandes europeos. Pase lo que pase, que le quiten lo bailado, a él y al Atlético, que se ha proclamado campeón de liga justo un año después de haber vencido la Copa al Real Madrid, el 17 de mayo de 2013. EFE.