Todo sigue igual, queda un día menos

  • El recorrido íntegro por las carreteras cántabras de la decimoctava etapa de la Vuelta 2011 prometía la posibilidad de vivir alguna emoción fuerte entre los dos primeros clasificados, el líder Juanjo Cobo (Geox-TMC) y el británico de origen keniano Christopher Froome (Sky), pero no aconteció nada.

José Luis Sorolla

Noja (Cantabria), 8 sep.- El recorrido íntegro por las carreteras cántabras de la decimoctava etapa de la Vuelta 2011 prometía la posibilidad de vivir alguna emoción fuerte entre los dos primeros clasificados, el líder Juanjo Cobo (Geox-TMC) y el británico de origen keniano Christopher Froome (Sky), pero no aconteció nada.

De todas maneras, los nervios y la tensión siguen presentes en el pelotón porque las bonificaciones "pueden decidir el vencedor", como señalaba el cántabro Cobo después de salvar "sin mucho desgaste" otro día más. Esa es la única certeza después de la etapa: queda un día menos.

Para el español el viaje entre Solares y Noja sirvió para arrancar otra hoja más de un calendario en el que ya solo le quedan otras tres. El británico dejó pasar la primera oportunidad para asaltar el liderato, o bien está a la espera de quemar todas sus naves en un único intento.

La histórica etapa en la que la Vuelta regresará a Bilbao, después de treinta y tres años, puede ser una enorme oportunidad. Una doble ascensión a un puerto de segunda categoría, El Vivero, la última a solo doce kilómetros del final, puede ser la llave que resuelva definitivamente la Vuelta 2011.

Hasta que la carrera española alcance el Paseo de la Castellana madrileño el próximo domingo 11 de septiembre, en cada una de las tres etapas que restan por disputar habrá con total seguridad en cada una de ellas hasta treinta y dos segundos de bonificación. Cobo únicamente dispone de trece segundos de renta sobre su rival británico de origen keniano.

'El bisonte de la Pesa' tiene sobre el africano hasta siete segundos más de ventaja que los solitarios seis segundos que permitieron al francés Eric Caritoux hacerse con la victoria final en la edición de 1984 sobre el español Alberto Fernández, que falleció unos meses después en un accidente de circulación.

Alfonso Gutiérrez, paisano de Juanjo Cobo, ya sufrió en sus carnes lo que era imponerse hace dieciocho años en una carrera por etapas gracias a las bonificaciones. Fue en la 30ª Vuelta a Aragón. Su rival era el belga Peter de Clercq.

En la línea de salida de Solares, Gutiérrez recordaba un sinfín de irregulares estratagemas que intentó llevar a cabo su rival para poder hacerse con la victoria en aquella carrera. Todas ellas antirreglamentarias, y difícilmente observables por alguno de los comisarios y jueces presentes en la competición.

"El último día estábamos igualados, con dos segundos a mi favor, pero había como ahora en la Vuelta bonificaciones en un par de esprints en el transcurso de la etapa y también en la llegada de Zaragoza", comentaba.

Aunque es algo que ahora duda que pase, el exciclista de Lantueno, que en sus doce años de profesional sumó hasta setenta y tres victorias, el juego sucio en aquella ocasión fue desde agarrones en el brazo hasta tirones en el culote en los pasos intermedios.

La pugna fue muy dura toda la etapa hasta que en la última curva antes de afrontar la recta de meta una de esas acciones terminó llevando al suelo al cántabro. "Pero con la suerte de que arrastré en la caída a mi rival", dijo Gutiérrez, que pudo conservar el jersey de líder.

La presencia de un buen número cámaras de televisión y el hecho de que en el caso de reclamación, al contrario de lo que sucede en otros deportes como el fútbol, los jueces y comisarios acudan a esas imágenes, hace impensable que hoy puedan repetirse aquellas circunstancias.

Camino de Haro, en la decimosexta etapa, en el esprint intermedio de Anguciana, los responsables del equipo Geox-TMC y el propio Cobo ya reclamaron dos segundos de bonificación que en un principio se le habían otorgado a Froome. Y eso que todavía no se había superado, fue al día siguiente, la cima de Peña Cabarga, donde se comprimió todavía más la clasificación general y dejó la Vuelta pendiente de un hilo.

Cada día que pasa Cobo se siente un poco más cerca de hacer realidad su sueño, y los que lo ven rodar en el pelotón, como el italiano Francesco Gavazzi (Lampre-ISD), tienen claro que las bonificaciones no van a cambiar nada y, salvo por una cuestión de "mala suerte o una caída", será el vencedor porque "ha demostrado que es el más fuerte".

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