UK reabre el debate de si el caucho del césped artificial podría provocar cáncer

    • El padre de un niño enfermo de 18 años se opone a que la Federación Inglesa construya 500 campos de césped sintético en el país.
    • Nigel está llevando a cabo una investigación para comprobar la relación entre el caucho y la enfermedad de su hijo.
Nigel, junto a su hijo Lewis, enfermo de cáncer. Foto: Twitter
Nigel, junto a su hijo Lewis, enfermo de cáncer. Foto: Twitter

La Federación Inglesa de fútbol, con el respaldo del gobierno británico, prepara un proyecto para construir 500 campos de fútbol de césped artificial y el presidente, Greg Dyke, afirma que va a "transformar el fútbol inglés" con esta medida. El gasto previsto es de 230 millones de libras para sumar estos nuevos campos a los casi 650 que ya hay en Inglaterra. Actualmente, Alemania es el país donde hay más campos de césped sintético, casi 4.000.

La gran ventaja de los campos de césped artificial es que permiten jugar unas 80 horas semanales sin que la superficie sufra, mientras que en césped natural soporta unas cinco horas semanales. Además, tiene un bajo coste de mantenimiento y permite que se realicen diferentes deportes sobre la misma superficie. La FA colaborará económicamente con los pueblos y las ciudades que afronten el gasto de construir los campos de césped artificial, que tienen un coste de unas 300.000 euros.

Pero no todos están a favor. Nigel Maguire, ex director ejecutivo de NHS Trust, ha iniciado una campaña para frenar esta medida. Su hijo Lewis tiene 18 años y sufre la enfermedad de Hodgkin, un tipo de linfoma maligno (cáncer de sangre). El padre denuncia que se lo ha provocado el caucho que se utiliza para los campos de césped artificial, esas bolitas negras que acolchan el terreno y que en realidad son neumáticos usados troceados en miles de pedazos. Se calcula que en cada campo hay unas 100 toneladas de este material. Sin embargo, a día de hoy no existen pruebas contundentes que respalden esta teoría.

Lewis jugaba de portero en el Leeds United cuando le detectaron la enfermedad. El joven fue tratado en el 'Royal Victoria Infirmary' de Reino Unido y allí le explicaron que apenas existían precedentes de recaídas en niños que superaron la misma enfermedad. Lewis se curó y volvió a jugar al fútbol, pero meses después recayó. "Cuando los trozos de caucho se inhalan, ingieren o entran en el cuerpo a través de la nariz, los oídos, los ojos o la boca, las pequeñas partículas pueden entrar en el tracto digestivo y respiratorio. Las partículas son diminutas y pueden integrarse muy fácilmente. Creemos que esta es la razón por la que Lewis tiene ahora tumores blandos en el bazo, los pulmones, el cuello y la espalda", explicaron a la familia en el hospital.El padre cree que los niños son partícipes de un experimento

Por eso, su padre exige que se analice si el caucho contiene elementos cancerígenos, especialmente cuando se calienta debido al calor del sol. Nigel trabajó en el sector de la salud y solicita que "los responsables del deporte en el país inviertan en investigación". Añade que en la actualidad "estamos llevando a cabo un experimento de escala industrial en nuestros hijos (los jugadores) y eso no es bueno".

Nigel está llevando a cabo una investigación para comprobar la relación entre el caucho y la enfermedad de su hijo, aunque no hay pruebas realmente consistentes. Las acusaciones más alarmantes contra el caucho proceden de Estados Unidos. Julia Foudy ha llevado a cabo una investigación entre una lista de 200 deportistas que estuvieron en contacto con el caucho y que han desarrollado cáncer. Destaca que 158 son futbolistas, entre los que hay 101 son porteros. El padre de Lewis Maguire está convencido de que existe más riesgo en los porteros, ya que se lanzan sobre el caucho y llegan incluso a tragar algún trozo de forma involuntaria.No está comprobado que el caucho sea perjudicial para la salud

La Federación Inglesa ha estudiado detenidamente la investigación de Julia Foudy junto a otros 44 estudios independientes desde 1998 hasta 2014 antes de decidirse a la construcción de los 500 nuevos campos. Argumentan que "los campos de césped artificial se construyen respetando las especificaciones estándar de la industria y son seguros". Actualmente, la Oficina de Evaluación de Riesgos de Salud Ambiental de California está ejecutando un estudio de casi 3 millones de dólares para investigar superficies sintéticas y presentará un informe en junio de 2018.

La organización 'Sports and Play Construction Association', niega el peligro del caucho y su relación con posibles enfermedades: "Se han realizado numerosos estudios de investigación en todo el mundo en campos de deporte para evaluar cualquier impacto potencial para la salud. El consenso actual de esos estudios es que el caucho no supone ningún riesgo significativo para la salud".

En 2006, un estudio noruego evaluó los peligros del uso de caucho y de él se desprendía que "contiene un número considerable de componentes que están asociados con efectos adversos en la salud. En un estudio de 2008, los científicos de productos químicos nocivos de Michigan, encontraron productos como el arsénico, el cromo y el plomo, pero concluyeron que "se necesita más investigación".

Y por último, en 2013, la revista holandesa Chemosphere publicó un estudio que argumentaba que "el uso de neumáticos de caucho reciclado, especialmente los dirigidos a zonas de recreo y otras instalaciones para los niños, debe ser un motivo de preocupación regulatoria", pero a día de hoy no hay ningún estudio definitivo.

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