En Gran Bretaña dicen que el rugby es un deporte de caballeros a pesar de la dureza con la que se juega. Por eso Ben Flower está siendo señalado por todos y podría ser sancionado de por vida después de noquear a un rival con dos puñetazos.
El jugador de los Wigan Warriors agredió a Lance Hohaia del St. Helens en la Super League Grand Final, en los primeros minutos del partido celebrado en un Old Trafford abarrotado con más de 70.000 espectadores.
Tras un lance del juego, el jugador galés lanzó un puñetazo al rival, que cayó al suelo después de perder el conocimiento. Ben Flower insistió y se arrodilló para volver a golper a su rival con una fuerza tremenda dejando una imagen lamentable y que nunca hasta ahora se había visto en un deporte que no sea de contacto.
Flower vio la tarjeta roja y fue expulsado directamente. Ahora se enfrenta a una dura sanción, que includo podría dejarle sin volver a jugar un partido de rugby profesional en su carrera.
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