Un perito de la defensa afirma que las transfusiones no suponen ningún riesgo

  • El exsubdirector del banco de sangre de la Cruz Roja en Canarias, Antonio Rico Revuelta, que hoy ha comparecido como perito en el juicio de la Operación Puerto a propuesta de la defensa del médico Eufemiano Fuentes, ha sostenido que las transfusiones no suponen un riesgo para la salud.

Madrid, 4 mar.- El exsubdirector del banco de sangre de la Cruz Roja en Canarias, Antonio Rico Revuelta, que hoy ha comparecido como perito en el juicio de la Operación Puerto a propuesta de la defensa del médico Eufemiano Fuentes, ha sostenido que las transfusiones no suponen un riesgo para la salud.

"La hemodonación es una actividad segura dentro del campo médico", ha afirmado Rico, que ha señalado que, según los informes de hemovigilancia del Ministerio de Sanidad, en 2010 hubo solo cuatro muertes por problemas derivados de las transfusiones de sangre.

Según esos informes, el número de fallecidos fue igualmente bajo en los años anteriores: 5 en 2006, 7 en 2007 y 3 en 2008 y en 2009.

Preguntado por el letrado de Fuentes, Tomás Valdivielso, si hay algún problema en realizar extracciones de sangre en una habitación de hotel, el perito ha dicho que "preferiría" hacerlas en un centro médico, aunque posteriormente ha admitido a preguntas de la fiscal que las autoridades sanitarias no concederían el permiso para hacer una transfusión o una reinfusión en ese tipo de establecimiento.

Rico ha dicho también que la extracción de 450 mililitros de sangre a una persona sana es una actividad "absolutamente segura" y ha añadido que esa cantidad representa como máximo el 7 por ciento del volumen total de sangre en el cuerpo, contradiciendo así al perito de la acusación Yorck Olaf Schumacher, que habló del 20 por ciento.

De hecho, el perito de la defensa ha asegurado que "muchas personas" tienen sangre congelada por si la necesitan en el futuro y ha agregado que las extracciones "estimulan todo el sistema productor de sangre y la médula ósea".

Una persona a la que se extrajera sangre regularmente, ha indicado, "está en mejor disposición de que su cuerpo responda" ante una situación, como un fuerte traumatismo, que suponga una gran pérdida de sangre.

Durante el interrogatorio de la fiscal, sin embargo, Rico ha reconocido que el número de extracciones indicadas para una persona sana no debe superar las cuatro en el caso de los hombres y las tres en el de las mujeres.

En el caso de un deportista, solo se justificarían para guardarla por si en el futuro sufre una patología para la que necesite sangre.

Sobre el nivel de hematocrito o viscosidad de la sangre, ha asegurado que el nivel de normalidad en un varón está entre el 42 y el 52 por ciento -las autoridades deportivas prohíben competir si alcanza o supera el 50- y ha dicho que es mejor tenerlo en 48 que en 35 y que el riesgo, por ejemplo de trombosis, no empieza a aparecer hasta que el porcentaje no está en torno al 60 o 65 por ciento.

Tras recomendar las transfusiones autólogas o autotransfusiones sobre las homólogas -"No aparecerían problemas de compatibilidad", ha dicho-, Rico ha asegurado que la sangre congelada puede aguantar hasta 30 años y que lo importante es mantener la cadena de frío durante los traslados.

En este sentido, ha considerado idóneo utilizar mochilas térmicas si los trayectos son cortos y, cuando el abogado de Fuentes le ha preguntado si se pueden utilizar botes de refresco fríos para mantener la temperatura de la sangre, ha contestado: "Hombre, estéticamente queda un poco feo, pero no supone ningún riesgo".

"¿Se puede conservar en una nevera de casa?", le ha preguntado la fiscal, a lo que el experto ha respondido: "La nevera no es especial, lo que puedo tener en un centro de transfusión son algunos mecanismos para garantizar que la temperatura es constante, pero desde un punto de vista físico es lo mismo: un arcón hermético".

Preguntado por las neveras para guardar y conservar las bolsas de sangre, el perito dijo que "son todas iguales y que cumplen la misma función", aunque precisó que son necesarios mecanismos para mantener la temperatura y avisadores para el caso de interrupción de energía.

Además, añadió, "es necesario contar con una persona preparada en la materia y que controle el perfecto funcionamiento de la nevera".

También ha señalado el perito que uno de los métodos empleados para calentar la sangre cuando va a ser reinfundida es el baño maría y que se reintroduce en el cuerpo a una temperatura de entre 28 y 30 grados, "depende de la prisa que tengamos".

"El receptor puede tener una sensación de frío, pero no tiene ningún tipo de repercusión en su salud", ha dicho.

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