Un triunfo desde el banquillo: Arda salió, marcó y dirigió la remontada del Barça

Partido que se presentaba asequible para el Barcelona, pero la Champions League exige dar el máximo, y así lo puso de manifiesto el Borussia Monchengladbach. Los alemanes encontraron el punto débil de sus rivales y mandaron en el marcador ante un Barça sin mordiente. Solo el banquillo revolucionó al once en juego, con un Arda que anotó su cuarto gol de la temporada. Piqué aprovechó el rechace de Sommer e hizo el resto para certificar un triunfo clave dados los otros resultados del grupo.Los contraataques hieren al Barça

Desde el minuto uno el Monchengladbach desveló su estrategia ante el Barcelona: impedir las líneas de pase a Rakitic y a Iniesta, robar lo más arriba posible y lanzar contragolpes mortales. 

El sistema se apoyó en Raffael, Hazard y Stindl y los azulgranas sufrieron, y mucho. La pegada del Barça no estaba afinada, además.

Un Neymar voluntarioso gozó primero de un tiro desde la frontal y más tarde filtró un pase perfecto para Suárez, al más puro estilo de su compañero Messi.

Sin embargo, el 'killer' fue menos 'killer' que nunca. Con toda la portería para él, pecó de generosidad enviando un pase flojo para Alcácer. El ex del Valencia no pudo tocar la pelota y la jugada más peligrosa se desbarató. 

Se trató del punto de inflexión del choque. Algo se mascaba en el ambiente bávaro que no pintaba nada bien para los intereses culés. 

El dominio de balón azulgrana se convirtió en estéril y cuando se tiene la pelota y no se crea peligro, perderla es sinónimo del mismo adjetivo. 

Raffael condujo, una vez más, un contragolpe. Llegó a terreno rival y abrió a la izquierda a Dahoud, justo antes de que este filtrase un pase que encontró a Hazard un poco más allá de la altura del punto de penalti.

El hermano de la estrella del Chelsea no falló y superó a Ter Stegen en el que un día fue su estadio. Por primera vez, esa afición celebraba un gol encajado por el cancerbero alemán. 

Tocados por un tanto inesperado, los de Luis Enrique cambiaron el chip y volvieron a apretar el acelerador. Suárez tuvo en sus botas otra ocasión dispuesta para cambiar el sino del encuentro, pero su volea la despejó Sommer, una bestia negra para el uruguayo. Tocaba remar a contracorriente en la segunda parte.Un gol que reavivó la confianza

El juego del Barça necesitaba soluciones. Los primeros instantes de la reanudación no las aportaron y por eso Luis Enrique tiró de banquillo.

Rafinha por Alcácer y Arda por Rakitic. Ese fue el plan del técnico asturiano, que además salió a la perfección. 

Cuando el Barça era dueño y señor del balón (63% de posesión), pero sin ningún tipo de inquietud para sus rivales, Arda hizo bueno el lema de 'llegar y besar el santo'.

Neymar se inventó un pase perfecto desde el borde del área al interior de la misma. En ese territorio Arda volvió a demostrar ser letal con una volea en carrera que superó a un Sommer hasta entonces imbatible.

La película cambió por completo. La confianza del gol dio alas a los azulgranas e inspiró miedo en las filas germanas. 

De hecho, hasta su soldado más fiable, Sommer, perdió por completo su nivel. En una jugada ensayada del Barcelona, Suárez disparó solo desde la medialuna del área grande. Era un chut asequible para el cancerbero rival, pero nada más lejos de la realidad, Sommer no blocó y en el rechace Piqué empujó la pelota a gol. Tremendo el despliegue del Barça tras la entrada de Rafinha y Arda.

No hubo más historia. El Barça controló los últimos minutos y certificó su segunda victoria en dos partidos. 6 puntos de 6 posibles, líderes de grupo por encima del City que empató ante el Celtic (3-3), pero el juego ya es otro asunto. El banquillo revolucionó a un equipo sin mordiente para cosechar la victoria.