Derrumbe petrolero en 2014 marcó inicio de aguda crisis de Venezuela

La caída del precio del petróleo en más de 50% en 2014 marcó el inicio de una severa crisis económica en Venezuela, que inflamó aún más las tensiones entre el gobierno y una oposición empeñada hoy en sacar del poder al presidente Nicolás Maduro.

El presidente Hugo Chávez, líder de la "revolución bolivariana" murió el 5 de marzo de 2013. Había sido reelecto el 7 de octubre de 2012 y debía asumir el nuevo periodo el 10 de enero de 2013.

Nicolás Maduro, entonces su vicepresidente, quedó encargado del gobierno mientras Chávez, enfermo de cáncer, era atendido en La Habana.

El 14 de abril de 2013 se realizaron nuevas elecciones que Maduro ganó con apenas 1,5 puntos de diferencia sobre Henrique Capriles.

Apenas asumió el cargo, Maduro denunció la existencia de una "guerra económica" de la oposición y empresarios para derrocarlo.

La época de las vacas gordas pasaba a ser un mero recuerdo en el país con las mayores reservas de crudo del mundo, que recibió por su exportación una verdadera fortuna entre 2004 y 2015: 750.000 millones de dólares.

De 98,98 dólares en julio de 2014, el barril cayó a 47,05 dólares al finalizar el año, lo que causó un recorte de importaciones de 33% respecto a 2012, cuando las compras no petroleras sumaron 52.600 millones de dólares.

En un país donde el petróleo aporta 96% de las divisas y dependiente de las exportaciones, se configuraba así una tormenta.

Hasta entonces cíclica y focalizada, la escasez de alimentos, medicinas e insumos para la industria se disparó, en medio de un férreo control de precios y de cambio.

A la par con un deterioro de la calidad de vida, el sector radical de la oposición liderado por Leopoldo López se volcaba a las calles para exigir la renuncia de Maduro, en protestas que dejaron 43 muertos entre febrero y mayo de 2014.

El gobierno enfiló entonces sus baterías contra el "golpismo", logrando que se apresara a López. Acusado de incitar a la violencia, el dirigente fue condenado a casi 14 años de cárcel en septiembre de 2015. Otros dirigentes opositores, como el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, también están detenidos.

Mientras, la inflación galopaba sin control: de 68,5% en 2014, saltó a 180,9% en 2015, la más alta del mundo. Para 2016, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta un 720% y un 2.200% en 2017.

Simultáneamente, la economía continuaba la caída en picada: tras un crecimiento de 1,3% en 2013, en 2014 se contrajo 3,9% y el año pasado 5,7%.

La devaluación también se tornó imparable. En junio de 2015 el dólar se cotizaba a 400 bolívares en el mercado paralelo, referente para la fijación de muchos precios; hoy está en 1.096.

Analistas y organizaciones privadas calculan la escasez de alimentos en más de dos tercios, y en 80% la de medicamentos esenciales.

Según Maduro, el ingreso petrolero pasó de 37.200 millones de dólares en 2014, a 12.567 millones en 2015; a ello, dice, se suma un "boicot financiero" promovido por Estados Unidos para cerrarle el crédito internacional a Venezuela.

Esto ha provocado la acumulación de deudas con proveedores internacionales por 12.000 millones de dólares, sólo en el sector industrial, pues los empresarios encuentran cada vez más difícil acceder a las divisas subsidiadas que monopoliza el gobierno.

La debacle marcó las elecciones legislativas del pasado 6 de diciembre, cuando el chavismo sufrió su peor revés al perder de forma aplastante el control de la Asamblea por primera vez en 17 años de gobierno.

Sin darle respiro, la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se abocó a la búsqueda de un mecanismo para sacar a Maduro del poder, deslindándose por un referendo revocatorio, que espera realizar este año.

Un 68% de los venezolanos apoya un cambio de gobierno, según la firma Venebarómetro.

Si el revocatorio se realiza antes del 10 de enero de 2014, cuando se cumplen cuatro años del período presidencial, y Maduro lo pierde, hay que convocar nuevas elecciones. Si se hace después de esa fecha y Maduro pierde, los dos años restantes los completará el vicepresidente.

En medio de un estado de excepción decretado el pasado viernes, la MUD advierte que mantendrá las movilizaciones para exigir que el CNE cumpla los plazos para la celebración del revocatorio, cuya activación depende de que el CNE valide unas firmas entregadas el 2 de mayo.

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