Fuentes del Gobierno andaluz han indicado a Europa Press que entre los principales motivos por los que el pescado fue intervenido se encuentra la inmedurez de los ejemplares capturados, la existencia de defectos en el etiquetado o problemas con la documentación reglamentaria.
En este sentido, los agentes de inspección pesquera, en solitario o en colaboración con la Guardia Civil, la Unidad de Policía Adscrita a la Junta o la Policía Local, se incautaron de 511 kilos de chirla así como de 374 kilos de atún rojo que no podían ser destinados a la venta.
De igual modo, entre los 968 kilos totales de pescado intervenido, se encontraban 65 kilos de merluza y, en menor cantidad, otras especies como pulpo --seis kilos--, pulpo blanco --cuatro kilos--, y chopa, potón, jurel y salmonete, con dos kilos de cada uno de ellos.
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