En la última edición de su informe anual 'Going for Growth', la institución con sede en París señala entre las prioridades para España en 2017 la reducción de la dualidad existente en el mercado laboral entre trabajadores fijos y temporales, así como la rebaja de las barreras regulatorias en varios sectores, incluyendo servicios profesionales y transporte marítimo y ferroviario, indicando que en ambos casos "no se han tomado medidas".
La OCDE tiene claro que la falta de reformas frena el crecimiento. Y que los más afectados son los jóvenes y los desempleados de larga duración. La OCDE advierte que es vital formar a los jóvenes para el cambio tecnológico que viene.
"Lograr una mayor inclusión y reducir las desigualdades de ingresos y oportunidades, así como la pobreza, son importantes objetivos para el bienestar de los ciudadanos y recuperar su confianza", sostiene la institución en la última edición de su informe 'Going for growth', presentado este viernes en la ciudad alemana de Baden Baden.
Going for-growth-oecd-2017-policies-for-growth-to-benefit-all from OECD, Economics Department
En este sentido, la OCDE insiste en su recomendación a España de buscar "una mayor convergencia" en los costes de indemnización por extinción de contrato para indefinidos y temporales.
Asimismo, el 'Club de los países ricos' pide a España reducir el número de profesiones que exigen formar parte de órganos profesionales, así como rebajar las barreras de entrada de carácter regulatorio en el transporte ferroviario y marítimo, añadiendo la necesidad de acelerar la implementación y adaptación de todos los sectores económicos a la Ley de Unidad de Mercado.
Por otro lado, el informe también señala como prioritario que España fortalezca políticas activas de empleo, ya que sin estas acciones los desempleados de larga duración se encuentran en peligro de exclusión laboral y social, aunque reconoce la implementación de diversas medidas desde 2014.
En este sentido, la OCDE recomienda seguir impulsando los recursos y esfuerzos dirigidos a mejorar la eficiencia de los servicios públicos de empleo.
Otras prioridades identificadas por la organización incluyen mejorar la eficiencia y progresividad del sistema impositivo, ya que los ingresos fiscales dependen en gran medida de impuestos al trabajo y existen exenciones que benefician principalmente a los más favorecidos.
A este respecto, la OCDE recomienda reducir las cotizaciones sociales de los trabajadores con remuneraciones más bajas, ampliar las bases impositivas mediante la reducción de exenciones en el IRPF, el IVA e impuestos medioambientales. En este último caso, plantea además, elevar los impuestos del diesel al menos equiparar su coste al de la gasolina.
Por otra parte, la institución también considera prioritario mejorar el acceso a educación superior de carácter vocacional y contar con programas para adaptar la formación a las necesidades del mercado.
En este sentido, la OCDE recomienda a España elevar el rendimiento de los estudiantes mejorando la cualidad de la enseñanza mediante "una adecuada formación universitaria de los profesores" además de la formación en el puesto de trabajo.Hay que poner corazón a Europa: debe mirar ahora por los castigados por la crisis
Los gobiernos deben implementar paquetes de políticas que aprovechen las sinergias entre las reformas laborales, de productos y de mercados financieros para escapar de la trampa de bajo crecimiento y asegurar que los beneficios sean compartidos ampliamente por la gran mayoría de los ciudadanos, según el informe anual Going for Growth de la OCDE.
La edición de este año de Going for Growth revela un aumento en la atención de las autoridades a las reformas para elevar el empleo, en particular las medidas destinadas a ayudar a las mujeres, los jóvenes y los trabajadores poco cualificados a entrar y prosperar en el mercado de trabajo.
Sin embargo, una inquietante desaceleración de las reformas que influyen en la productividad laboral -como las de la política de educación e innovación- es especialmente preocupante a la luz de la persistente y generalizada disminución del crecimiento de la productividad, clave para aumentar los salarios y el nivel de vida.
"Revertir el prolongado período de estancamiento de los niveles de vida que afecta a una gran proporción de personas en todo el mundo requerirá estrategias coherentes de reforma estructural y la voluntad política de desplegarlas", confiesa el Secretario General de la OCDE, Angel Gurría.
"La amplia gama de desafíos de crecimiento e inclusión que enfrentan las economías avanzadas y emergentes exigen un ritmo más rápido y un conjunto más amplio de reformas. Si bien los esfuerzos para promover el empleo y reducir las desigualdades están empezando a dar resultados, los gobiernos no pueden permitirse el lujo de dejar de lado ".
Going for Growth 2017 sugiere que los gobiernos deberían concentrar los esfuerzos de reforma alrededor de paquetes de medidas de política diseñadas para alcanzar objetivos económicos y sociales simultáneamente. El marco para la selección de las prioridades políticas presentado en el informe de este año considera por primera vez la inclusión como un objetivo primordial, junto con la productividad y el empleo, que son los principales impulsores del crecimiento del ingreso medio.
"Los gobiernos de la mayoría de los países necesitan reformas para escapar de la trampa de bajo crecimiento y prepararse para los cambios tecnológicos que vienen, pero deben prestar mayor atención a las preocupaciones de quienes asumen los costos de la agenda de reformas", dijo Gurría. "Poner la inclusión en el corazón de la ecuación de políticas es la única respuesta adecuada a los crecientes vientos políticos que han frenado las reformas".
Presentando Going for Growth con el ministro alemán de Hacienda, Wolfgang Schäuble, antes de la reunión de Ministros de Hacienda y Gobernadores de los Bancos Centrales del G-20 que tiene lugar en Baden Baden, Gurría dijo que la implementación de las recomendaciones de reforma del informe ayudaría a alcanzar los objetivos del G-20 crecimiento inclusivo.
El análisis Going for Growth constituye la base de la contribución más amplia de la OCDE al Marco del G20 para un crecimiento fuerte, sostenible y equilibrado. La OCDE trabaja con los países del G20 para cuantificar sus esfuerzos para impulsar el PIB y alcanzar los objetivos de la estrategia de crecimiento nacional.
La receta para la reforma varía según el país, pero los ingredientes incluyen medidas para promover el dinamismo empresarial y la difusión de la innovación, ayudar a los trabajadores a hacer frente a la rápida rotación de empresas y puestos de trabajo y preparar mejor a los jóvenes para el mercado de trabajo del futuro.
Esto requerirá mejorar los resultados y la equidad en los programas de educación básica y capacitación de adultos, exponiendo a las empresas a una mayor competencia en los mercados de productos, incluyendo una mayor apertura al comercio y la inversión transfronterizos y El retorno al trabajo en empleos de calidad de los trabajadores despedidos.Entre los puntos destacados en el informe de este año destacan
El ritmo de las reformas se ha desacelerado en países que han sido particularmente activos en los dos años anteriores, como México, Grecia, Irlanda, Portugal, Polonia y España, así como en varios países en los que la actividad de reforma no fue tan intensa , incluyendo Australia, Indonesia y Eslovenia.
La intensidad de la reforma ha aumentado notablemente en algunos países que no han estado entre los reformadores más activos, como Bélgica, Chile, Colombia, Israel, Italia y Suecia, así como en Austria, Brasil y Francia.
La desaceleración en el ritmo de la reforma se debe principalmente a la disminución de las reformas relacionadas con la productividad. Dada la importancia de los aumentos de productividad para el nivel de vida a largo plazo, el informe de este año pone más énfasis en las prioridades de reforma en las áreas de educación y producción.
En la Unión Europea, la fragmentación de la reglamentación sigue obstaculizando la competencia transfronteriza en los servicios.
Hay que fortalecer el Estado de Derecho y luchar contra la corrupción, mejorar la gobernanza de las empresas estatales, aumentar la eficiencia de los procedimientos de quiebra y el sector financiero o acelerar la resolución.La OCDE pide una educación del siglo XXI
Ampliación y mejora de la educación y la formación profesionales: abordar los desafíos en este ámbito proporcionando más apoyo a los estudiantes desfavorecidos, y más exigencia e incentivos a los profesores, así como mejorar en cuanto a la responsabilidad y autonomía de la escuela.La OCDE reitera que España debe mejorar la Formación Profesional para facilitar la transición de los jóvenes al mundo laboral y, aunque admite "avances", cree que "son pocos" los alumnos matriculados en grado medio, sus programas "siguen sin tener una orientación laboral suficiente" y no se promueve el paso a la FP de grado superior.Asimismo, señala que es necesario adoptar "mayores esfuerzos" para consolidar el sistema de FP dual, que combina la formación en el aula con formación en el centro de trabajo, y subraya que, aunque las prácticas en empresas y los contratos de formación han aumentado de manera significativa desde 2012 en España, sólo el 2% de los alumnos de secundaria está matriculado en este sistema dual.Para la OCDE, uno de los principales obstáculos para el desarrollo de estos programas responde a que la mayor parte de las entidades españolas son microempresas que no cuentan con suficiente recursos económicos y humanos para colaborar con el sistema de FP dual.Más consejos globales para crecer más
Agilizar los permisos de licencias y reducir la burocracia.
Reducir los obstáculos al comercio.
Fortalecer la competencia y las autoridades reguladoras.
Mejorar los procedimientos de quiebra.
Racionalización de los permisos y licencias y reducción de la burocracia: facilitar la entrada de nuevas empresas en distintos ámbitos del mercado.
Reducir las emisiones de carbono.
Mejorar la colaboración en I + D entre universidades y empresas.
Trasladar la tributación del trabajo y el capital al Propiedades (viviendas y tierras), herencia y fuentes ambientales pueden ser más especulativas.
Lograr una mayor igualdad de género fundamentalmente en el mercado de trabajo.
Mejorar la integración de las minorías.
Reducir la presión fiscal a los trabajadores menos cualificados.
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