REPSOL LIDERA UN PROYECTO PARA IMPULSAR VEHÍCULOS HÍBRIDOS QUE APROVECHAN LA ENERGÍA DE LOS GASES DE ESCAPE

- Aplica tecnología utilizada en Fórmula 1. Repsol ha puesto en marcha el proyecto tecnológico Sistema de Propulsión Avanzado Integrado (Spain 2017), en el que participa un consorcio de empresas y centros de investigación españoles para desarrollar un sistema de propulsión híbrido que mejore la competitividad de esta industria estratégica.
Según informa la petrolera, este proyecto trabaja en la combinación de tres energías. Se trata de la química, a través de una gasolina ligera; la eléctrica, que impulsará el vehículo, y la térmica, recuperada de los gases de escape.
Esta investigación busca "un sistema de propulsión eficiente para vehículos de tamaño intermedio, tanto de mercancías como de personas, pensado para entornos urbanos, que es donde existe un problema mayor con las emisiones locales", explica María Dolores Cárdenas, investigadora del laboratorio de Motores del Centro de Tecnología Repsol y líder del proyecto Spain 2017.
El resultado del proyecto será un minibús de demostración de 19 plazas, con las mismas prestaciones que un vehículo diésel similar, sin problema de emisiones de NOx y de partículas.
Su tracción será eléctrica pura, pero se alimenta de dos fuentes: una batería que puede ser recargada externamente y un motor de combustión, que transforma la energía química de la gasolina en energía eléctrica, usando el cigüeñal del motor para mover un generador. La electricidad así producida, o bien se almacena en la batería o se emplea directamente en el motor de tracción eléctrico.
Esta combinación permite circular en modo eléctrico puro con cero emisiones (de CO2 y contaminantes) por el tubo de escape, una opción ideal para su uso en ciudad y, al mismo tiempo, extender la autonomía del vehículo gracias al combustible que emplea el motor de combustión.
Además, el sistema no sólo aprovechará la energía cinética de las frenadas para producir electricidad, sino que también incorpora dos novedosos dispositivos de recuperación de energía térmica de los gases de escape del motor de combustión que alimentarán elementos auxiliares como los limpiaparabrisas, la radio o el aire acondicionado.
Una de estas tecnologías utiliza materiales termoeléctricos capaces de convertir la diferencia de temperatura entre el interior del tubo de escape, que puede alcanzar los 600 grados, y el exterior, en una corriente eléctrica.
El segundo mecanismo se sirve del empuje de los gases de escape para girar una turbina conectada a otro generador eléctrico, "un sistema empleado en Fórmula 1 pero aquí, aplicado al vehículo comercial".

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