Portugal ha estrenado una de sus medidas estrella. Desde el pasado 1 de julio, los funcionarios públicos portugueses trabajarán 35 horas semanales, cinco menos que hasta ahora. La medida, ha sido aprobada por el partido socialista y sus socios parlamentarios de izquierda y trata de mitigar los recortes que sufrieron los funcionarios durante el rescate financiero a Portugal, entre ellos los salariales y el aumento del horario semanal de trabajo, que pasó de 35 a 40 horas.
El primer ministro Antonio Costa se comprometió a recuperar las 35 horas a cambio del apoyo parlamentario de los partidos de izquierdas, los marxistas del Bloque de Izquierda y los comunistas, que permitieron a al Partido Socialista (PS) gobernar en minoría desde finales del 2015.
La puesta en marcha de esta medida en Portugal, coincide coincide con el anuncio de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz de restituir la jornada de 35 horas semanales y devolver el 75 por ciento de la extra pendiente en tres plazos. Y también vuelve a abrir el debate sobre la reducción de la jornada laboral en los países europeos.
En Europa, la jornada de 35 horas se aplica en algunos países como Francia donde no solo los funcionarios públicos disfrutan de esta jornada sino todos los trabajadores. No obstante, la polémica reforma laboral de François Hollande pretende modificar esta normativa y establecer de nuevo las 40 horas semanales. ¿Hasta qué punto beneficia o perjudica esta medida?
En España, el Estatuto de los Trabajadores establece, en su artículo 35.1, y como límite máximo de la jornada ordinaria, las 40 horas semanales de trabajo efectivo de promedio en cómputo anual. A lo largo de la historia, la jornada ha descendido progresivamente hasta las ocho horas actuales, permitiendo conciliar la vida laboral y personal.
El catedrático de derecho de trabajo, José Antonio Argadoña asegura a www.lainformacion.com “desde el punto de vista social tiene un beneficio claro y tangible pero desde el punto de vista económico hay que analizar cuánto se resiente el beneficio empresarial”. En su opinión, antes de tomar una decisión hay que estudiar con detalle la propuesta.
Miguel Córdoba, profesor de economía financiera de la Universiad San Pablo CEU señala a este medio que el numero de horas incide en la productividad. “Aplicar la jornada semanal de 35 horas conduciría reducción de salario, se podría contratar a más gente pero mermaría la renta disponible de la gente”. En su opinión, sería recomendable en trabajos físicos, pero no cualificados.
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