Temer gana una batalla antes de la crucial reforma de las jubilaciones en Brasil

El presidente conservador Michel Temer se anotó una victoria resonante con la aprobación del congelamiento del gasto público, pero su plan de ajuste fiscal aún debe dar su mayor batalla: la reforma del sistema de jubilaciones.

Con la economía atravesando su peor recesión en más de un siglo y con apenas dos años de gobierno por delante, Temer dio una clara señal de fuerza el lunes, cuando la Cámara de Diputados apoyó la enmienda propuesta para enmendar la Constitución y encorsetar los desembolsos del Estado durante 20 años.

El proyecto, que solo permite aumentar el gasto público para compensar la inflación del año previo, fue respaldado por 366 diputados, 58 más de los necesarios para superar la primera de las dos votaciones previstas antes de pasar al Senado.

"La aprobación fue muy importante hasta por su simbolismo. Muestra madurez. El país tiene un régimen fiscal insustentable y desestabilizador para la economía. El sistema está implosionando por rigideces del presupuesto, como el ajuste automático del salario mínimo", sobre el cual están indexadas las jubilaciones, "y por el envejecimiento de la población", dijo a la AFP Zeina Latif, economista de XP Investimentos en Sao Paulo.

"Pero esta enmienda no es un instrumento de ajuste fiscal en sí misma, es apenas una prohibición de aumentar el gasto. Serán necesarias otras reformas estructurales para poder cumplir con ese límite, y es ahí donde entran las jubilaciones, que son la prioridad", agregó.

"Tenemos responsabilidad y estamos cortando en carne propia", declaró el domingo Temer, que sucedió a la izquierdista Dilma Rousseff el 31 de agosto tras un traumático proceso de destitución.

Las opciones parecen limitadas para un país con una carga tributaria considerada elevada por el propio Gobierno, una deuda pública que pasó del 52% del PIB en 2013 a más del 66% en 2015 y con algunos estados que dan señales de haber agotado su capacidad de pago.

El régimen de jubilaciones y pensiones ya consume un 60% de los fondos públicos y está en constante aumento, debido al envejecimiento de la población. Si el congelamiento del gasto se aprueba, como es previsible, las jubilaciones deberán financiarse con fondos derivados de otras áreas, que solo podrán reponer la parte correspondiente a la inflación.

Los números del gigante sudamericano distan mucho de aquellos que lo habían convertido en la séptima economía global: el PIB se contrajo un 3,8% en 2015 y debería caer un 3,3% este año (según el FMI); el déficit fiscal previsto para 2016 ronda los 170.000 millones de reales (unos 52.900 millones de dólares) y el desempleo supera el 11%, casi el doble que a inicios de 2014.

No obstante, Ignacio Crespo, analista de la consultora paulista Guide, comparte el optimismo que campea en el mercado desde que Temer asumió el cargo con la promesa de reducir la intervención estatal en la economía en base a recortes, desregulaciones y privatizaciones.

"El gobierno, al demostrar que tiene apoyo del Congreso, corrobora la expectativa positiva de que el ajuste fiscal avance (...). Es un primer paso que ya da un norte para los próximos años en términos reales", que da por descontada la dijo Crespo.

La bolsa de Sao Paulo registraba a media tarde una baja de 1,11% y el real también se debilitaba, por una toma de las importantes ganancias anotadas en anticipo a la decisión del Congreso.

Los críticos de la reforma sostienen que ésta dañará las ya maltrechas áreas de salud, educación y asistencia social y plantean dudas sobre su efecto en la inflación y en una eventual baja de la tasa de interés de referencia, actualmente en 14,25%.

El mercado espera que termine el año en 13,75%. El Banco Central se reunirá el martes y el miércoles próximos y anticipó que solo flexibilizará su política monetaria si ve condiciones para cumplir con la meta de inflación de 4,5% para 2017.

"El discurso de que hay que restringir los gastos porque hay un problema de insolvencia es una falacia, porque la mayor parte del presupuesto está destinada a amortizar intereses y pagar servicios de la deuda pública (...) mientras que la menor parte acaba siendo de los gastos sociales", dijo Felipe Queiroz, economista independiente.

"En un país donde la tasa de interés está tan alta los recursos no van a dedicarse a inversiones en producción, sino a recibir renta", añadió.

Pero Temer cree que los ajustes son la única vía para evitar la "quiebra" del país y ya tiene en mente el espinoso capítulo de las jubilaciones.

"Será la gran batalla para este gobierno, y considerando la historia de Brasil, una de las mayores que vamos a tener", resumió la economista Latif.

En la arenga que dio a sus aliados la noche previa a la votación de la enmienda, Temer puso a su plan para reestructurar la economía en el centro de su legado: "Estamos haciendo historia y el último día de nuestro gobierno queremos decir: Salvamos a Brasil".

El mandatario prometió no presentarse a las presidenciales de 2018.

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