La cara 'B' del Wanda Metropolitano: el 'monstruo acuático' que nadie asume

  • El inmenso edificio que iba a ser la 'Ciudad del Agua' olímpica, pegado al nuevo estadio del Atleti, es un 'elefante blanco' abandonado desde hace años, que solo acumula basura.

    El club colchonero se había comprometido a construir un moderno complejo de oficinas y residencia de jugadores, pero cuando inaugure su 'casa', la instalación seguirá a la deriva.

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Lo que ya está construido del Centro Acuático.
Lo que ya está construido del Centro Acuático.
Diego Caldentey

Un cartel anuncia en un extremo de la avenida de Arcentales, en el límite entre el municipio de Coslada y Madrid, que los camiones y furgonetas deben avanzar 500 metros por la avenida Luis Aragonés para entrar al estadio Wanda Metropolitano. El nuevo hogar del Atlético de Madrid debe abrir oficialmente sus puertas en septiembre próximo. Por estas horas todo el enorme terreno que rodea a la histórica Peineta está abarrotado de vehículos, grúas y maquinarias, que intentan rematar contrarreloj los trabajos en la zona de aparcamientos y accesos (uno de los talones de Aquiles a la hora de cumplir con los plazos y ritmos previstos de la obra).

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Hacia la izquierda, desde la entrada donde Julio, un obrero peruano, supervisa en su caseta de dos por dos quién entra y sale del estadio, asoma la silueta casi fantasmal de un espacio cuyo esqueleto ha costado millones y hoy sigue abandonado e ignorado, tanto por el Ayuntamiento de Madrid como por el club colchonero. Al igual que muchos de sus compañeros, Julio, quien nos invita a hacer una pausa para beber agua (cuando los termómetros marcan 42 grados a las 16.09 del jueves), se refiere a ese edificio como "el monstruo".

En realidad habla del Centro Acuático de Madrid, uno de los grandes elefantes blancos que quedan en la ciudad, situado entre las mencionadas avenidas de Arcentales, Luis Aragonés y la M-40. Es un inmenso mamotreto de 120.000 metros cuadrados de superficie, distribuido en tres grandes bloques, cuyos paneles de hormigón han quedado a medio construir, tras los tres intentos fallidos de Madrid para organizar los Juegos Olímpicos. Alguna vez aquí se soñó, proyectó y planificó uno de los epicentros principales de la Villa Olímpica madrileña. Y alguna vez también Alberto Ruiz-Gallardón, quien fuera alcalde de Madrid, le llamó la "futura Ciudad del Agua".

Lejos de aquellas utopías, lo que se observa hoy es cómo este espacio ha quedado abandonado y a la deriva. Ha costado (hasta ahora) 55 millones de euros al Ayuntamiento de la capital. A eso hay que sumarle los gastos de seguridad privada (dos coches con cuatro vigilantes se rotan durante toda la semana para evitar la presencia de intrusos) y unos costes añadidos en concepto de mantenimiento para supervisar periódicamente que la estructura no sufra más daños, entre otros gastos, que en su momento demandaban otro medio millón de euros al año.

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En la recta final hacia lo que se supone será una pomposa inauguración del Wanda Metropolitano (con impacto mediático a nivel mundial, muy probablemente, cuando la alcaldesa Manuela Carmena y el presidente del Atleti Enrique Cerezo corten las

cintas) este es el 'otro lado' de una obra pegada al nuevo estadio, de la que nadie quiere hacerse cargo... ni tan siquiera mirar. El pasado año, el Atleti prometió que iba a asumir los trabajos en el Centro Acuático, con un ambicioso proyecto urbanístico: para acabar la obra se necesitan al menos otros 50 millones de euros. ¿Qué tenía o tiene pensado hacer allí? Un primer proyecto establecía acabar el edificio, para construir oficinas y una residencia para jugadores. A su alrededor, en los terrenos que estaban reservados para los Juegos, se pensaban estructurar 11 campos de fútbol para entrenamiento y equipamientos vecinales.

Llegado el punto previo a la gran inauguración, todo sigue igual... o peor en el 'monstruo' olímpico: "Hace cinco años que eso está absolutamente abandonado. Desde que yo estoy aquí, en esta caseta, no ha pasado nadie. La única novedad es la gente que se cuela para robar escombros y materiales de la obra", explica Julio, nacido en Arequipa, quien arribó a España hace nueve años.

Tras dejarlo atrás nos dirigimos por un estrecho camino de asfalto que serpentea la obra inacabada del Centro Acuático. El sendero muere en una valla con candado. Los bloques de hormigón de hasta cuatro plantas asoman a unos 30 metros, desde la cima de un gran montículo de tierra. Encontramos una hendija en el alambrado de uno de los paneles para pasar y no lo dudamos: queremos ver cómo se encuentra el interior de este edificio que tiene todo el aspecto de un gigante absurdo. Comenzamos a subir. Hacia nuestra izquierda surge nítido el 'brazo' acristalado en su fachada de una

manga del edificio, que comenzó a revestirse con grandes ventanales de cristal, pero cuyo avance ha quedado suspendido.

Después por fin llegamos hasta la base, por el lado sur del edificio (siempre con la perspectiva de la ubicación del estadio hacia nuestro frente). Nada más dar tres pasos, desde una de las explanadas principales, puede observarse el enorme socavón ya terminado y las gradas principales de la que iba a ser la piscina olímpica. También se observan los huecos diseñados para las áreas de vestuarios subterráneos y hasta las bocas de acceso de la tribuna principal ya construida. Tras tomar algunas fotografías del lugar aparece a los pocos segundos un vigilante. Lo hace a bordo de un coche que lleva el logo estampado en azul claro de la empresa de seguridad privada para la que trabaja. "Le pido por favor que se retire de inmediato. Su presencia aquí me compromete. Esto es un edificio perteneciente al Ayuntamiento de Madrid. Está terminantemente prohibido entrar aquí", dispara con frases secas y cortantes. Después se afloja un poco y hasta nos conduce en su propio vehículo hasta la salida por donde habíamos entrado.

Atrás queda el esperpento que hoy en día es uno de los símbolos más certeros del fracaso olímpico de Madrid. También, de aquella España de la burbuja y de los excesos económicos por parte de las administraciones públicas... El Centro Acuático arrastra un sobreprecio del 40% desde que fue planificado hace más de una década larga, pero sigue a medias y abandonado. Nadie parece ocuparse finalmente de él... ni escuchar hablar del tema. Este medio intentó sin suerte obtener alguna declaración del Ayuntamiento de la capital y del club de fútbol, pero ningún portavoz se ha referido al respecto, al momento de esta publicación.

La supuesta concesión administrativa otorgada por el Ayuntamiento al Atlético aún sigue en suspenso. La reconversión del edificio en un espacio 'multiplataforma' de oficinas no es nada sencillo: lo que ya se observa construido está preparado, por ejemplo, para saltos ornamentales olímpicos y otras actividades acuáticas. Tampoco nada se sabe sobre cómo conseguir los 50 millones de euros restantes y necesarios para finalizar la obra.Megaciudad deportiva

En carpeta se encuentran todos los elementos de un macroproyecto, que entre otros elementos también establecía un extenso ámbito urbanístico planeado para el anillo olímpico. El suelo reservado para la que iba a ser villa olímpica se reconvertirá en suelo residencial. De todas formas, del 1,23 millones de metros cuadrados que integran el desarrollo del ámbito olímpico, el grueso de la superficie tiene uso fundamentalmente deportivo. Ese el el deseo de Manuela Carmena, que pretende que el Atlético, además de quedarse con el 'monstruo acuático' y terminarlo, reconvierta la zona en una gran ciudad deportiva.

Cuando la pelota comience a rodar, de manera inminente, y todos los focos iluminen el césped brillante del Wanda Metropolitano, alguien habrá incumplido viejas promesas respecto a este edificio sombrío situado a metros de las gradas de la vieja 'Peineta'. Su 'cáscara' vacía, que sigue acumulando basura, no es un mero detalle anecdótico. Hablamos de cientos de millones de euros en el aire. El presupuesto inicial del Centro Acuático fue de 137 millones, en concreto. Desde 2011 el lugar quedó abandonado a su suerte. Desde ese momento, cuando se anunció la "suspensión temporal de la obra por las circunstancias económicas del país", de acuerdo a la versión oficial del Consistorio, el coste ya se había elevado a 192,5 millones (un 41% más).

Los trabajos de construcción, iniciado en 2006 por la 'desaparecida' empresa municipal Madrid Espacios y Congresos (que quebró hace cuatro años por proyectos como éste) nunca se retomaron. Según una tasación municipal reciente a la que tuvo acceso el diario El País, el valor de mercado del inconcluso Centro Acuático asciende hoy a 23,5 millones (19 corresponden a la estructura y 4,4 millones al suelo).

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