Argentina recibe a Xi Jinping con los brazos abiertos

  • Argentina ha recibido con los brazos abiertos al presidente chino, Xi Jinping, con la esperanza de que esta visita oficial de tres días dinamice sus exportaciones al gigante asiático, adelante inversiones chinas millonarias en el país y hasta le arroje un salvavidas financiero.

Natalia Kidd

Buenos Aires, 19 jul.- Argentina ha recibido con los brazos abiertos al presidente chino, Xi Jinping, con la esperanza de que esta visita oficial de tres días dinamice sus exportaciones al gigante asiático, adelante inversiones chinas millonarias en el país y hasta le arroje un salvavidas financiero.

Tanto el Gobierno de Cristina Fernández como los empresarios locales apuestan a que, con la llegada de Xi Jinping junto a una considerable comitiva de hombres de negocios chinos, las ventas al segundo socio comercial de Argentina empiecen por fin a despegar, tras cinco años de estancamiento.

Argentina exportó a China el año pasado por 6.358 millones de dólares, nivel similar al registrado en 2008, un "amesetamiento" que expertos atribuyen en parte a problemas de oferta argentina, ya que principalmente China le compra productos agrícolas y derivados cuyas ventas al exterior el país suramericano regula fuertemente.

De hecho, casi el 60% de los envíos argentinos a China corresponde a soja y derivados.

Pero Argentina es gran proveedor de otros alimentos, además de producir energía y minerales, bienes todos en los que China es un importante demandante internacional, por lo que allí se abre una oportunidad.

Para Marceo Elizondo, director general de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), "negociaciones inmediatas bilaterales podrían generar incrementos de la demanda de bienes desde China que -ésta es una gran ocasión para ello- permitirían mejorar la cantidad y composición de exportaciones" de Argentina.

El comercio bilateral es de unos 17.000 millones de dólares anuales, y es tradicionalmente deficitario para el país suramericano, pero si sus exportaciones crecieran tras esta visita, Argentina vería ya un beneficio en su balanza comercial.

"Observamos claramente que existe un marcado interés para fortalecer la posición de China como país estratégico aliado de Argentina y eso es muy importante en virtud del comercio bilateral y de las potencialidades de inversión", destacó el jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich, horas antes de la llegada de Xi Jinping.

En materia de inversiones, China aportará al país sudamericano más de 4.700 millones de dólares para financiar la construcción de dos gigantescas represas hidroeléctricas en el sur de Argentina y otros 2.100 millones de dólares con los que los asiáticos financiarán la renovación de una línea ferroviaria de carga.

Son recursos frescos a los que Argentina les da la bienvenida en tiempos donde las inversiones extranjeras llegan en cuentagotas.

Además, el presidente de la petrolera argentina YPF, Miguel Galuccio, espera cumplir con el objetivo de interesar a los chinos en el millonario proyecto para el desarrollo masivo de Vaca Muerta, en el suroeste argentino, una de las formaciones de hidrocarburos no convencionales más grandes del mundo.

En Argentina, "aun cuando las recepción de inversión extranjera es muy baja por las condiciones económicas, políticas y jurídicas en general, China ha generado crecientes inversiones en los últimos años", destacó Elizondo en un reciente informe.

El principal destino de las inversiones chinas en Argentina ha sido el sector energético en general y el petrolero en particular, con la estatal Cnocc como accionista de la segunda mayor petrolera de Argentina, detrás de YPF.

Pero la llegada de Xi Jinping a Buenos Aires trae otra ayuda económica adicional: la firma de un acuerdo que permitirá, en caso de emergencia, reforzar las reservas monetarias de Argentina, que actualmente rondan los 30.000 millones de dólares y que en los últimos años experimentaron una fuerte sangría.

El convenio rubricado entre el Banco Central de China y el Banco Central de la República Argentina permitirá el intercambio de divisas por unos 11.000 millones de dólares.

En la práctica, el acuerdo, que tendrá una duración de tres años, supone que China abre una línea de crédito que estará disponible para Argentina, y viceversa, en caso de necesidad.

Para el Gobierno de Cristina Fernández, este denominado convenio de "swap de monedas" permitirá "garantizar estabilidad en el flujo de reservas de la República Argentina".

Mostrar comentarios