Banco mexicano Compartamos sigue camino de Yunus y avanza por América Latina

  • El banco mexicano Compartamos ha seguido en sus dos décadas de existencia el camino de Muhammad Yunus para financiar a los pobres, y pasó de ser una organización no gubernamental a una institución financiera banco que extiende sus operaciones en Latinoamérica.

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Julián Rodríguez Marín

México, 26 ago.- El banco mexicano Compartamos ha seguido en sus dos décadas de existencia el camino de Muhammad Yunus para financiar a los pobres, y pasó de ser una organización no gubernamental a una institución financiera banco que extiende sus operaciones en Latinoamérica.

"El grupo comenzó como un organismo humanitario, que sintetizaba su acción en su mismo nombre, 'Compartamos', y se dedicaba a repartir despensas alimenticias entre la población más necesitada en el estado de Oaxaca", explicó a Efe su portavoz Roberto Ricalde.

Compartamos fue formado por un grupo de estudiantes de la Universidad Anáhuac, la mayoría hijos de empresarios y con fuertes convicciones de caridad cristiana, que inspirados en el ejemplo la Madre Teresa de Calcuta decidieron compartir sus bienes con los pobres.

En un principio el grupo buscaba entre los sectores acomodados del país donativos que servirían para la compra de despensas para los pobres, y más tarde, tras conocer la experiencia del Grameen Bank de Yunus en microfinanzas, se adoptó esta estrategia para impulsar la ayuda.

La diferencia con el modelo del economista y Premio Nobel de la Paz bengalí, quien desarrolló el concepto del microcrédito, consiste en los niveles de interés, que en Compartamos están en poco más de 3,5 % mensual, mientras que en el Grameen se ubican en algo más de 1,5 %.

Los directivos de Compartamos argumentan que con este modelo se logra ampliar la base de personas beneficiadas y se cubren los costos de operación.

"Por un crédito de unos 5.000 pesos (unos 380 dólares) que se paga en 16 pagos semanales, el cliente paga un interés cercano a 800 pesos adicionales", explicó Ricalde.

Originalmente el grupo era una organización no gubernamental (ONG) que repartía donativos entre los sectores más necesitados.

En 1990 surgió el Programa Generadora de Ingresos, semilla de Compartamos Banco, que se propuso ofrecer crédito como un medio para hacer crecer las microempresas y contribuir al desarrollo en México.

La experiencia comunitaria llevó a Compartamos a otorgar créditos a grupos reducidos de bajos ingresos para la operación de pequeños negocios, que en conjunto y bajo una sistemática atención semanal de los promotores garantizan el pago de los préstamos.

"Nuestros clientes son las personas más humildes de la población, y las apoyamos con créditos personales para que puedan mantener una actividad económica", explicó Ricalde.

En 2000 Compartamos se convirtió en Sociedad Financiera de Objeto Limitado, que logró obtener recursos mediante una emisión de deuda en 2002 en certificados bursátiles en la Bolsa Mexicana de Valores, con lo que fue la primera institución de microfinanzas en el mundo en emitir deuda con garantía propia.

En 2006 Compartamos se convirtió en una institución de banca múltiple con la asesoría de importantes banqueros como Alfredo Harp Helú, y desde 2008 ha formado parte del Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la Bolsa Mexicana.

"Hace un año asumimos el reto para abrir la experiencia hacia otros países de América Latina, en donde existen proyectos de microfinanzas, y nos consolidamos en Perú y en Guatemala", indicó el portavoz del grupo.

En marzo de 2011, Compartamos adquirió la mayoría de la Financiera Crear en Perú, donde enriqueció sus métodos de trabajo con la experiencia local.

Meses después Compartamos abrió una sucursal en Guatemala, donde empezó de cero a trabajar en el sector de las microfinanzas entre los sectores populares.

Actualmente el banco cuenta con más de 2,5 millones de clientes, de los cuales el 95 % son mujeres, con saldos promedio de 6.071 pesos (unos 463 dólares) y que son atendidos de manera personal por un equipo de unos 17.000 promotores y 521 oficinas de servicio.

"Uno de los ahorros que tenemos en la operación es que no manejamos directamente el efectivo, sino que se mantiene en cuentas bancarias en otras instituciones", señaló Ricalde.

En esencia, Compartamos mantiene su espíritu de ONG aunque su operación es rigurosa con los principios de la contabilidad bancaria.

Al cierre del primer semestre de este año, Compartamos alcanzó una cartera de crédito de 15.442 millones de pesos (unos 1.178 millones de dólares), lo que dejó un beneficio neto de 911 millones de pesos (unos 69 millones de dólares).

El índice de cartera vencida se ubicó en un 3 % mientras que su índice ROA acumulado (Return on Assets, rentabilidad de los activos) se ubicó en un 9,9 % y el índice ROE acumulado (Return on Equity, rentabilidad del capital) en un 23,9 %.

El objetivo del banco es atender a unos 12 millones de clientes de los sectores que están fuera de la vista de los demás bancos comerciales.

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