Bjarni Benediktsson, un líder impopular que busca evitar su segundo fracaso

  • Bjarni Benediktsson, líder conservador, afronta los comicios generales del próximo sábado bajo la presión de evitar al Partido de la Independencia, tradicional dominador de la política islandesa, una segunda derrota histórica.

Copenhague, 23 abr.- Bjarni Benediktsson, líder conservador, afronta los comicios generales del próximo sábado bajo la presión de evitar al Partido de la Independencia, tradicional dominador de la política islandesa, una segunda derrota histórica.

En los casi 70 años de independencia de Islandia, los conservadores habían sido siempre la fuerza más votada hasta las elecciones de 2009, donde perdieron esa condición a manos de los socialdemócratas, como consecuencia de la caída del anterior gobierno por el estallido de la crisis económica en octubre de 2008.

Una hipotética segunda derrota sería el fin de su liderazgo y dejaría al partido, apoyado por la potente industria pesquera, en una situación sin precedentes y de difícil explicación.

Hasta hace apenas tres meses, el Partido de la Independencia encabezaba con comodidad todos los sondeos, pero desde entonces ha ido a la baja y todos los focos han apuntado a su líder.

A Bjarni Benediktsson se le achacan sus vínculos con la elite económica y política que causó el colapso en 2008 y su incapacidad para unir el partido.

Que apoyara el último de los acuerdos del Gobierno para pagar a los acreedores extranjeros del banco Icesave, rechazado luego en referendo por la población, también ha jugado en su contra, sobre todo después de que los tribunales europeos admitieran que Islandia no tenía responsabilidad como Estado ante una crisis tal.

Su descenso en los sondeos coincidió con la subida imparable del centrista Partido Progresista, su tradicional "hermano pequeño", que incluso ha superado puntualmente a la formación de Bjarni Benediktsson, señalado además como el político que menos confianza inspira tras la primera ministra.

Su falta de carisma contrasta con la gran popularidad de que goza la vicepresidenta del partido, Hanna Birna Kristjánsdóttir, a la que algunos opositores a Bjarni han tratado de usar en su contra.

Todo ello hizo que anunciara a dos semanas de los comicios que se tomaba unos días de reflexión y que voces del partido insinuaran que no aceptarían entrar en un gobierno como segunda fuerza, aunque todo sonó más bien a maniobra política y Bjarni Benediktsson regresó a la carrera electoral a petición de sus compañeros.

De 43 años y buena familia, se licenció en Derecho por la Universidad de Islandia y amplió estudios en Alemania y en Estados Unidos, antes de regresar a su país para trabajar como jurista.

Formado en las filas conservadoras desde su juventud, accedió al Parlamento en 2003.

Entre 2005 y 2008 fue miembro de la dirección de N1 y BNT, dos de las principales empresas de servicios del país, pero abandonó el puesto tras el estallido de la crisis, al considerar que no era conveniente seguir vinculado al mundo de los negocios.

Casado y con 3 hijos, antiguo jugador de fútbol y aficionado a la pesca, Bjarni Benediktsson pretende lograr el asalto al poder en su segundo intento con un programa basado en fomentar el empleo bajando los impuestos a las empresas y con una oposición frontal a la entrada de Islandia en la UE.

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