Codere no logra un acuerdo con sus bonistas para aplazar el pago de la deuda

Madrid, 6 feb.- La empresa de juego Codere, en preconcurso de acreedores, ha anunciado hoy que no podrá volver a aplazar el pago de 127 millones de euros de deuda al no haber alcanzado un acuerdo con la mitad de sus bonistas, según un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El pasado 9 de enero, Codere acordó con sus acreedores prorrogar el pago de la deuda hasta hoy, una fecha límite que podría extenderse hasta el 15 de abril en función del "cumplimiento de ciertas condiciones ligadas a la evolución de las negociaciones y alcance de un acuerdo con los bonistas".

En su comunicación de hoy, Codere apunta que "no se dan las condiciones para la extensión adicional del mismo al no haberse alcanzado un acuerdo de reestructuración de la deuda con al menos el 50 % de los titulares de los bonos".

Sin embargo, la compañía no aclara si abonará o no la deuda pendiente ni en qué situación financiera queda la sociedad.

A mediados de enero, Codere acordó nuevamente no dotar los fondos necesarios para satisfacer el pago de los intereses adeudados en la emisión de bonos por 760 millones de euros una vez transcurrido el periodo de gracia.

El pasado 12 de diciembre, la compañía ya acordó de nuevo no dotar los fondos necesarios para satisfacer los intereses que debe por esta emisión, con vencimiento el 15 de enero de 2014, e hizo uso de un periodo de gracia de 30 días.

De hecho, Codere ya usó este periodo de gracia el pasado mes de junio para su emisión de bonos en euros, dos días antes de la fecha prevista para abonar los intereses, una deuda que ya fue saldada, según informó el grupo, el pasado 8 de julio.

Además, Codere ya había solicitado en agosto un periodo de gracia para abonar los intereses correspondientes a una emisión de 300 millones de dólares.

El pasado 2 de enero, la empresa de juego solicitó el preconcurso de acreedores "a la vista del análisis de la situación financiera y la previsión de tesorería a corto plazo y ante las dificultades para afrontar los próximos vencimientos".

El grupo adoptó esta decisión ante la imposibilidad de pagar los 127 millones de euros a sus prestamistas debido al déficit de caja existente.

El grupo achacó su situación a tensiones de tesorería, que se habían producido por factores como el pago de 107 millones por la renovación anticipada de las licencias de juego en la provincia de Buenos Aires, la introducción de la ley antitabaco en Argentina, el cierre de ocho salas de juego en México y las subidas de la carga impositiva en varios países donde opera.