Compañía amenaza con tomar "medidas legales" tras artículo sobre Wen Jiabao

  • La segunda aseguradora de China, Ping An, ha amenazado con "tomar medidas legales" tras las publicaciones del "New York Times" que acusan al primer ministro Wen Jiabao y a su familia de acumular grandes riquezas a través de participaciones en la compañía.

Pekín, 26 nov.- La segunda aseguradora de China, Ping An, ha amenazado con "tomar medidas legales" tras las publicaciones del "New York Times" que acusan al primer ministro Wen Jiabao y a su familia de acumular grandes riquezas a través de participaciones en la compañía.

Así lo aseguró hoy la empresa china en un comunicado, en el que, sin aludir directamente al periódico estadounidense, destacó que emprenderá "acciones legales acordes al daño y al impacto negativo que algunos informes de la prensa han causado a nuestra compañía".

El texto, muy breve y conciso, se limitó a subrayar la "cobertura que algunos medios han dado sobre la compañía, la cual contiene serias imprecisiones, hechos tergiversados y sacados de contexto, así como argumentos incoherentes".

El "New York Times" publicó el día 24 la segunda toma -la primera salió a la luz a finales de octubre- de una investigación sobre la inmensa fortuna amasada por Wen y su familia desde hace años, así como las conexiones de los parientes y allegados del aún primer ministro chino con varias empresas y el supuesto nepotismo imperante.

El artículo del sábado asegura, citando documentos públicos y copias de cartas y registros, que varios familiares de Wen adquirieron acciones de Ping An a un precio muy reducido después de que las autoridades chinas salvaran a la empresa de una quiebra anunciada.

El "New York Times" destaca que el presidente de la aseguradora en 1999, Ma Mingzhe, escribió a Wen para pedirle una "exención" que evitara el cierre de la empresa, algo que las autoridades le concedieron.

El periódico narra que, después de esto, Ping An se mantuvo intacta, mientras que familiares y amigos de Wen pasaron a controlar Taihong, la cual compró acciones de la aseguradora a un precio cuatro veces inferior al que pagó HSBC Holdings dos meses antes.

Según el rotativo, esta jugada habría permitido a los familiares de Wen desembolsar 65 millones de dólares por estas acciones en el año 2002, unos títulos que en 2007 se revalorizaron hasta los 2.200 millones de dólares.

La reacción de Ping An no es la primera de este tipo que provoca el reportaje, publicado en un momento delicado para el Gobierno, cuando estaba a punto de celebrar el XVIII Congreso del Partido Comunista (PCCh) -que comenzó el 8 de noviembre- para ceder el relevo a la quinta generación de líderes chinos.

Poco después de que saliera a la luz la primera parte, los letrados Bai Tao y Wang Weidong amenazaron con demandar al diario de EEUU, en nombre de la familia Wen, y negaron que el líder chino tuviera "una fortuna escondida" o que hubiera aprovechado el cargo de para enriquecerse.

El reportaje del "New York Times" atribuye a Wen y sus familiares una "fortuna secreta" de 2.700 millones de dólares, y, aunque no es la primera vez que se publica un artículo sobre riquezas subrepticias del saliente primer ministro, sí la primera que se detalla la suma y se documenta su procedencia.

El Ministerio de Asuntos Exteriores chino criticó el artículo al día siguiente de su publicación, acusando al diario neoyorquino de intentar "ensuciar la imagen de China" debido a "motivos ocultos".

Además, las autoridades chinas bloquearon en Internet las versiones en chino e inglés del diario.

Algunos analistas señalan que es difícil estimar el daño político que el reportaje puede causar a Wen, quien presumiblemente delegará su actual puesto en marzo en el actual viceprimer ministro, Li Keqiang, cuando Xi Jingping tome las riendas de la presidencia de la potencia asiática.

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