Crónica de un contagio: así influyeron las noticias de los medios en la crisis del euro

    • El BCE ha analizado minuciosamente las fluctuaciones diarias de los bonos emitidos por los países periféricos entre 2010 y 2013 para detectar los factores que condicionaron su evolución.
    • Los resultados demuestran que las noticias sobre la inestabilidad del euro perjudicaron a países como España y contribuyeron a empeorar la situación en los llamados países periféricos.

La exvicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, responde a las preguntas de la prensa extranjera.
La exvicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, responde a las preguntas de la prensa extranjera.

Hubo un momento en que ya no se sabía muy bien qué hacer. Fue entre la segunda mitad de 2011 y la primera mitad de 2012. El tipo de interés que se pedía para intercambiar bonos españoles en el mercado secundario subía y muchas veces ni siquiera se sabía por qué.

Se suponía que los problemas en Grecia, Portugal e Irlanda se habían aislado con el rescate financiero de la UE, y eran evidentes los esfuerzos de las autoridades de España e Italia por reducir su déficit público...

Pero se reunían los ministros de Finanzas de la UE y la prima de riesgo de España e Italia subía, se publicaba un artículo dudando del futuro del euro y los que sufrían eran los bonos periféricos; y, por supuesto, la tensión aumentaba con las noticias sobre la situación política en Italia o sobre las dudas acerca de la capacidad de España para poner sus finanzas en orden.

El asunto alcanzó tal dimensión que llegó un punto en que no se sabía muy bien si lo que querían las autoridades europeas era estabilizar la situación en los países más zarandeados -España e Italia-, o aislar el problema para evitar que sus turbulencias afectaran al corazón de Europa.

El momento estuvo a punto de llevarse por delante el euro y, con él, el proyecto de Unión Europea. Tal vez por ello el BCE ha decidido poner bajo el microscopio todo lo que ocurrió esos días para saber exactamente qué pasó y cómo evitar que vuelva a suceder.Crónica de un contagio

Y lo que ocurrió, según el BCE, es que llegó un momento en que cualquier noticia que se publicara sobre el área euro, independientemente de que fuera buena, mala o intrascendente, terminaba elevando la tensión sobre los tipos de interés de la deuda periférica y ensanchando la prima de riesgo de éstos respecto al bono alemán.

Un grupo de investigadores de la entidad con sede en Frankfurt ha llegado a esta conclusión después de analizar minuciosamente las fluctuaciones diarias en el mercado secundario de los bonos a 5 y 10 años de todas las economías periféricas, y de los de Alemania entre el 29 de noviembre de 2010 y el 12 de abril de 2013. En total, unas 520 sesiones.

Toda esa información la han puesto en relación con las noticias aparecidas en los medios de comunicación durante ese tiempo, singularmente las que hacían referencia al euro, a Alemania, a alguno de los países periféricos, al BCE, al Bundesbank o a algún término concreto como 'default' o ministro de Finanzas.

¿El objetivo? Determinar qué causas desencadenaron los episodios de estrés sobre la deudaperiférica y qué influencia tuvieron las noticias publicadas en ese periodo en los avatares de las economías en problemas, como la española, y en su consideración por parte de los inversores como una única cosa.Las dos 'Europas'

Las conclusiones son llamativas y demuestran hasta qué punto la crisis del euro partió en dos el mercado de deuda soberana europeo.

La primera de ellas es que cuántas más noticias aparecían sobre la zona euro en los medios de comunicación más aumentaban las turbulencias sobre los títulos de deuda de los países periféricos en conjunto, y más profunda se hacía la brecha entre el precio de éstos y el del bund alemán en el mercado secundario.

El BCE da por demostrado que la acumulación de noticias sobre la crisis de la Eurozona contribuyó a exacerbar el trato diferencial que los mercados financieros dispensaban a los países en problemas, agudizando el efecto contagio y empeorando la situación de estos países respecto al núcleo duro de Europa, encarnado en Alemania.

El informe concluye que durante el periodo analizado prácticamente cualquier información alimentó esa dinámica. Es cierto que fueron las informaciones parciales sobre los problemas de algún país en concreto las que más contribuyeron a ensanchar la prima de riesgo de esos países en concreto con Alemania.

Pero también que bastaba con que apareciera una información sobre el área euro, sobre Alemania o sobre los llamados PIIGS, casi independientemente de que esta fuera negativa o positiva, para que el abismo entre las economías periféricas y Alemania a ojos del mercado se ensanchara.

La investigación del BCE también destierra un mito ampliamente aceptado: que las malas noticias puntuales que llegaban desde Grecia o Irlanda o Portugal afectaran de forma directa o inmediata al comportamiento de los títulos de deuda de otros países periféricos.

Es decir, en efecto las informaciones sobre el área euro o sobre los problemas comunes de los países periféricos alimentaban ese efecto contagio y hacían subir de forma acompasada los tipos de interés que el mercado pedía a los títulos de los países periféricos, pero ese fenómeno no se daba de forma sistemática a raíz de informaciones sobre los problemas de un país concreto.

Hay matices. Mientras que el BCE concluye que el impacto de las malas noticias en Grecia, Irlanda o Portugal fue relativamente inapreciable sobre el interés que se pedía sobre la deuda de España, sí que se detecta un vínculo más estrecho con las cosas que ocurrían en Italia.El éxito del BCE

Por último, un aviso a navegantes. El informe concluye que el programa de compra de títulos de deuda soberana de países periféricos activado por el BCE entre agosto y finales de 2011 fue uno de los escasos factores que contribuyó a paliar ese efecto contagio.

Las adquisiciones de deuda por parte del BCE contribuyeron puntualmente a desacoplar la evolución acompasada de los tipos de interés de las diferentes economías periféricas, haciendo que evolucionaran más en función de sus propias características y no como colectivo.

Pero es más es que además contribuyeron a dotar de cierta unidad al mercado europeo de deuda soberana, impidiendo que los problemas de unos se convirtieran en una ventaja para otros.

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