El grupo financiero franco-belga Dexia, que el pasado mes de octubre tuvo que ser rescatado por segunda vez por los Gobiernos de ambos países, ha desvelado que asumió un impacto negativo extraordinario por importe de 6.320 millones de euros en sus cuentas del tercer trimestre del ejercicio, a raíz de la nacionalización de sus actividades en Bélgica y la depreciación de la deuda soberana de Grecia.
En concreto, la entidad precisó que la venta de su filia Dexia Bank Belgium representó un impacto negativo para Dexia de 4.065 millones, mientras que la depreciación de los bonos griegos supuso pérdidas de 2.317 millones de euros.
De este modo, las pérdidas de la entidad franco-belga en los nueve primeros meses de 2011 ascendieron a 10.513 millones de euros, de los que 2.694 millones correspondieron a la exposición a la deuda de Grecia y otros 3.643 millones a ajustes en el valor de activos.
Por otro lado, Dexia anunció que el consejo de administración de la entidad ha acordado llevar a cabo una ampliación de capital de 4.200 millones de euros en su filial de créditos municipales, Dexia Crédit Local de cara a cumplir los umbrales mínimos de capitalización exigidos por la normativa contable francesa.
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