Dimite el gobernador del Banco Central de Chipre

  • El gobernador del Banco Central de Chipre, Panikos Dimitriadis, presentó hoy su dimisión al presidente, Nikos Anastasiadis, que la aceptó, informó la Presidencia de la República en un comunicado.

Nicosia, 10 mar.- El gobernador del Banco Central de Chipre, Panikos Dimitriadis, presentó hoy su dimisión al presidente, Nikos Anastasiadis, que la aceptó, informó la Presidencia de la República en un comunicado.

Dimitriadis había sido nombrado como gobernador del banco por el expresidente chipriota, el comunista Dimitris Christofias, en mayo de 2012 por lo que su mandato se extendía hasta 2017.

Sin embargo, las relaciones entre Dimitriadis y el nuevo presidente conservador, elegido a inicios del pasado año, no han sido buenas y el papel del gobernador del Banco Central fue muy cuestionado durante la crisis bancaria desatada en marzo de 2013, que concluyó con un rescate de 10.000 millones de euros.

De hecho, la prensa local cita como principal razón de la dimisión la falta de colaboración entre el gobernador y los demás consejeros del Banco Central, más cercanos a las posiciones del actual Gobierno.

La carta de renuncia a su cargo fue entregada, en presencia de un representante del Banco Central Europeo, al ministro de Finanzas chipriota, Harris Yeoryiadis, en Bruselas, donde se encuentra también Dimitriadis para seguir la reunión del Eurogrupo en la que se debe aprobar el desembolso de un nuevo tramo del rescate financiero a Chipre.

Dado que el contrato del gobernador requiere que cualquier renuncia se presente con un plazo de un mes, la dimisión se hará efectiva el 10 de abril, y durante este periodo "Dimitiriadis tratará las cuestiones pendientes e informará a su sucesor", según el comunicado de la Presidencia.

La Presidencia de la República agradeció a Dimitriadis su "contribución al gran esfuerzo hecho durante el pasado año para rescatar al país de la bancarrota y estabilizar el sector financiero".

En marzo del pasado año, ante los problemas del sobredimensionado sector bancario de Chipre, el Eurogrupo obligó al Gobierno de Nicosia a imponer una quita a los depósitos de más de 100.000 euros a cambio de un rescate de 10.000 millones de euros (equivalente al 60 % del PIB chipriota).

Mientras se llevaban a cabo las negociaciones, el Gobierno se vio obligado a imponer un corralito bancario durante 12 días y aunque las restricciones al movimiento de capitales se han aliviado desde entonces aún no han sido completamente levantadas.

A cambio del rescate, Chipre se comprometió a acometer una serie de importantes reformas, la primera de ellas sobre su sector financiero, que vio liquidada su segunda mayor entidad -Laikí o Banco Popular- y reestructurada la primera, el Banco de Chipre (con una quita de un 47,5 % de los depósitos superiores a 100.000 euros).

Además, Chipre se puso en manos de la troika y su medicina de la austeridad con recortes salariales y aumentos de impuestos, aunque el Gobierno de Anastasiadis aprobó un plan de estímulo al empleo para intentar evitar que el paro (superior al 17 % a finales de 2013) crezca tanto como en otros países intervenidos.

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