El banco de españa augura que el ipc descenderá hasta el 2% a finales de 2011 y al 1,5% en 2012


El Banco de España augura que la inflación de moderará "sustancialmente" en la segunda mitad de 2011 y en 2012, según refleja el último Informe Anual del organismo que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
Según señala este documento, a lo largo del año 2010 continuó el proceso de aumento gradual de la tasa de crecimiento del IPC que se había iniciado en el verano de 2009.
En concreto, el incremento medio anual en 2010 fue del 1,8%, y el del mes de diciembre, del 3%, es decir, dos puntos porcentuales por encima de la tasa observada en el mismo mes del año anterior.
Esta tendencia al repunte de la inflación continuó al inicio de 2011, hasta alcanzar un máximo en abril del 3,8% y comenzar a flexionar a la baja a partir de entonces.
La evolución descrita responde, sobre todo, a la concurrencia de varios elementos de naturaleza transitoria cuyo impacto sobre la tasa de variación del IPC debería desaparecer, en principio, en el transcurso de 2011.
Entre estos factores se encuentran el encarecimiento de las materias primas en los mercados internacionales -especialmente el petróleo-, algunas subidas impositivas -dentro del conjunto de medidas de consolidación fiscal- y el aumento de determinados precios regulados.
La paulatina desaparición de estos factores transitorios en el segundo semestre de 2011 "debería permitir que los precios de consumo aumentaran en torno al 2% a finales de 2011 y al 1,5% en el conjunto de 2012", señala el supervisor.
No obstante, el Banco de España aclara que estas proyecciones están sometidas a un grado de incertidumbre muy elevado, pues también lo está el precio del petróleo.
Además, los efectos indirectos que las alzas pasadas del petróleo ejercen sobre los precios de otros bienes y la aparición de los denominados efectos de segunda vuelta -esto es, los efectos inflacionistas que surgen cuando, ante una perturbación externa, los agentes intentan mantener sus márgenes y salarios en términos reales- representan canales que podrían presionar adicionalmente sobre los precios nacionales.
A su juicio, "una reacción inadecuada por parte de los distintos agentes a las perturbaciones de inflación registradas durante 2010 conduciría a tasas de inflación persistentemente más elevadas, pérdidas de competitividad y reducción del empleo y de la actividad".

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