El éxito de ganar clientes en plena crisis con el 'yo me lo guiso, otros se lo comen'

  • Ana Katerina, empresa de catering, nació, creció y sigue desarrollándose en tiempos de crisis. Su próximo objetivo, contratar personal y alquilar un nuevo local. La recesión económica ni le ha lastrado ni le ha beneficiado. Simplemente ha pasado de largo.
Ana González, feliz empresaria al frente de Ana Katerina.
Ana González, feliz empresaria al frente de Ana Katerina.
Pablo Arqued

Con la indemnización negociada de forma voluntaria con su empresa, una discográfica de renombre en la que trabajaba como jefa de prensa, Ana González puso en marcha un negocio de catering que a pesar del estado de la economía nacional no ha parado de crecer: Ana Katerina. "Por un lado, era un juego de palabras divertido a partir de mi nombre; por otro, si bien no soy una fanática de Tolstoi, también era un juego cultureta con la literatura". Ahora, siguiendo el 'yo me lo guiso, y otros se lo comen', es su propia jefa.

El próximo septiembre cumplirá cuatro años. Como si de una niña se tratase, aumenta de talla poco a poco. y próximamente generará nuevos empleos. "Ahora mismo estoy buscando un nuevo local, más amplio, que tenga cocina industrial. Además, quiero contratar un ayudante de cocina fijo para que ayude al cocinero". Juntos a ellos representa Ana la plantilla de la prensa, la cual completa "casi con los mismos camareros de siempre" para cubrir los eventos, echando mano de la subcontratación para mesas, sillas, carpas, bolas de discotecas o lo que se tercie.

A pesar de "la locura" que le dio a la hora de montar Ana Katerina, Ana González tenía claro por donde iba a tirar y que sus primeros clientes estarían en el mundo de la música, donde tenía mil y un contactos, los cuales ha ido reduciendo por el estado "de las discográficas". Acudió a la Cámara de Comercio para asesorarse. "Era fácil. Con un local con cocina a pie de calle, una furgoneta refrigerada, y los permisos pertinentes era un negocio viable", cuenta. Y recuerda que con creación de la página web dio un salto definitivo, así como con la contratación de publicidad en internet.

El que siempre hubiera sido una aficionada a la cocina y que en su familia se había celebrado todo alrededor de la buena mesa le ha ayudado mucho. Pero con su experiencia y su ampliación de los servicios, le ha hecho diferenciarse del resto con éxito. Pues eso, no para. Tan pronto celebra cumpleaños infantiles o comuniones como convenciones, desayunos empresariales o fiestas glamurosas en azoteas.

Reconoce que el que Ana Katerina sea una pequeña empresa le puede haber ayudado a la hora de no notar la crisis. "La fundé con los primeros indicios de la crisis. Pero ser una pequeña empresa no es lo mismo que ser una grande, con más inversión y con más trabajadores que en un momento dado hay que reducir. No me ha faltado negocio. Los particulares que me contratan, en general, tenía dinero antes y lo siguen teniendo ahora. Igual las empresas que me contratan ahora son distintas, pero me siguen llamando".

De Manolo Blahnik a los actores de El Señor de los Anillos  

Fuera de los clientes particulares, mucha gente famosa ha probado sus canapés, arroces u otros manjares. Además de cantantes y grupos nacionales o internacionales a su paso por Madrid, políticos o artistas se cuentan entre sus comensales.

"¿Personas? Pues desde Manolo Blahnik hasta Eugenia Martínez de Irujo, pasando por los actores de El Señor de los Anillos. Últimamente trabajo en sesiones de fotos para la revista Marie Claire", dice orgullosa a la vez que divertida.

Otro de sus clientes es la Fundación Española del Corazón, para la que sirve comida a medida. "Me exigen Omega 3 y nada de grasas saturadas. He aprendido mucho de nutrición con ellos", desvela.

No obstante, asegura que su comida "es artesanal, natural, con productos habituales pero presentados de forma más moderna y atractiva" y que sirve con presupuestos de todos los niveles. "A veces, con poco, se puede dar un resultado muy bueno", se vende.

Más allá de todo lo anterior, no sabe si hay un secreto en la buena marcha de Ana Katerina. "Cuando un cliente se queda contento, te volverá a llamar. Ahora tengo un montón de clientes fijos. Aquí sí funciona el boca a boca", sentencia.

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