El interventor de bankia justifica la reformulación de cuentas por las circunstancias macroeconómicas


El actual interventor general de Bankia, Sergio Durá, defendió hoy en su declaración como imputado en la Audiencia Nacional la reformulación de cuentas realizada por la entidad en 2012, cuando pasó de anunciar unas ganancias de 300 millones de euros a reconocer unas pérdidas 2.979 millones de euros, y dijo que se debió a las circunstancias macroeconómicas.

Durá ha hecho referencia, por ejemplo, a la crisis de Grecia para ilustrar estas circunstancias excepcionales que llevaron a la reformulación de las cuentas de Bankia, según explicaron fuentes jurídicas. El interventor general destacó que el panorama macroeconómico provocó nuevas necesidades de dotación para las insolvencias y los activos adjudicados en el sector inmobiliarios.
Durá dio estas explicaciones en las más de dos horas de declaración que prestó ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu en la causa abierta por el agujero contable de Bankia y las supuestas irregularidades en la fusión y salida a bolsa de la entidad.
El interventor de la entidad también señaló que la reformulación de cuentas se basó en las recomendaciones de las instituciones, e hizo referencia tanto a los cambios normativos del Gobierno como a los informes del Fondo Monetario International (FMI).
Estas explicaciones llevaron al propio juez Andreu a tomar la palabra para preguntarle a Durá por qué las recomendaciones del FMI, que eran generales para la economía española, solo provocaron la reformulación de las cuentas de Bankia y no de otras entidades españolas. El interventor dijo desconocer este extremo.
PLAN RATO
El imputado destacó además que la auditora Deloitte no llegó a comunicar por escrito, como establece la normativa, que no iba a presentar su informe a las cuentas de Bankia para el año 2011, que fueron anunciadas en marzo de 2012 y que anunciaban unos beneficios de más 300 millones de euros
Durá dijo que tampoco tuvo conocimiento de las comunicaciones verbales realizadas por el auditor de Deloitte, Francisco Celma, entre marzo y mayo de 2012, y en las que expuso las salvedades de auditoria para realizar el informe para las cuentas de la entidad.
El interventor dijo que en marzo de 2012 desconocía que el entonces presidente de la entidad, Rodrigo Rato, estaba trabajando en un plan para sanear la entidad. Rato explicó en su declaración como imputado ante el juez Andreu, que tuvo lugar hace un año, que el Ministerio de Economía le exigió a finales de abril pasado un nuevo plan de saneamiento para la entidad. El departamento de Luis De Guindos acabó rechazando este plan a principios de mayo, lo que llevó al exvicepresidente del Gobierno a dimitir.
El nuevo texto fue solicitado por el Gobierno después de que el Banco de España aprobase el 17 de abril un primer plan de saneamiento.
Durá, sin embargo, si que reconoció haber tenido conocimiento de la creación en el seno de Bankia de un equipo de trabajo para la preparación de un plan de saneamiento.

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