El pan está de moda

  • Últimamente las pequeñas panaderías debarrio han cedido el paso a elegantes boutiques donde el pan se puede inclusodegustar en el acto con un capuchino o un zumo natural. [h]arina es una de éstas
El consumo de pan disminuye casi un 10% en el último año en España
El consumo de pan disminuye casi un 10% en el último año en España
Alessia Cisternino

El pan está de moda. En Madrid desde hace poco esta alegría tan simple y tan atemporal de hincar los dientes en un trozo de pan se ha convertido en algo muchísimo más chic, aunque no por esto mucho más complicado. En menos de dos años la panadería pastelería Cosmen&Keiless ha multiplicado por seis sus tiendas en la capital y en varios puntos de la ciudad también ha aparecido la famosa franquicia belga Le Pain Quotidien (el nombre más acertado para una panadería que la historia recuerde). Pasteles, pan de todo tipo, café y una única mesa, para quien se atreva, hecha para compartir pan y mil cosas más con alguien que no se conoce.

Desde hace seis meses, ha abierto sus puertas en la mismísima Plaza de la Independencia de Madrid [h]arina, una bonita panadería donde el pan es lo más importante y a la vez "lo de menos". Pan de hogaza madre, pan rural, pan de semillas, pan de ajo, pan de tomate, pan de aceitunas, pan de pasas y nueces. Pero también tartas caseras, muffins, magdalenas y sobre todo una espléndida cafetería elegante y luminosa donde se puede desayunar, merendar y también comer. Con vistas a la Puerta de Alcalá.

"¡A mi siempre me ha gustado comer con pan!", explica Carmen Baudín, que hace unos meses unió sus esfuerzos a los de otro socio para abrir un local de este tipo que, dice, se echaba en falta en Madrid. "Lo que nos diferencia de las otras tiendas es el obrador", un bonito espacio ubicado en el fondo del local pero perfectamente a la vista, de manera que todo el mundo pueda curiosear a través de un cristal en los secretos de un arte tan antiguo como es el de hacer el pan. "De momento hay tres personas turnándose y el primer panadero entra a las dos y media de la mañana para que el pan tenga todo el tiempo necesario para crecer". "Aquí se hace el pan como siempre se ha hecho, en la manera más tradicional".

El imperativo en [h]arina es la simplicidad. En la carta como en la impecable decoración del local en la que domina el blanco. Las tartas son tartas que hemos hecho en casa miles de veces, hay pan de todos los tipos pero no falta ni uno de los panes más tradicionales, las frambuesas de los muffins son frambuesas de verdad y de los muchos desayunos entre los que se puede elegir el más apetecible sigue siendo el "tradicional": dos tostadas recién hechas y calentitas con mermelada y mantequilla, con jamón o con tomate, un café, un zumo de naranja natural y unos cruasanes riquísimos que llegan directamente de Francia.

Simple, sin duda, pero a la vez tan elegante que ir a comprar pan, que es la cosa más normal del mundo, en [h]arina se convierte en una ocasión más para ponerse guapos e ir a disfrutar del más auténtico de los sabores en un marco que no se merece ni las prisas y ni los enfados típicos de la gran ciudad y que parece estar hecho a posta para tomarse todo el tiempo del mundo, aunque no lo tengamos.

Una simplicidad que casi por sorpresa, ahora está a punto de despegar, ya que pronto [h]arina abrirá otro local en el centro de Valencia y en los próximos meses también en más puntos de la capital. "Al inicio me daba un poco de miedo", admite Carmen, "pero cuando algo empieza a girar no hay manera de pararlo". Una clara señal de que el pan aunque no pase nunca de moda, últimamente sí que está muy de moda.

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